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A veces llegan cartas...

La tradicional costumbre de entregar cartas y flores que en muchos Institutos se sigue manteniendo con motivo del Día de San Valentín entusiasma a los chavales y, si le vemos el sentido didáctico, puede ser una buena forma de que desarrollen su imaginación y su expresión escrita. Podemos pensar que casi nadie escribe ahora cartas de amor, aunque quizá lo que ocurre es que nosotros ya no escribimos cartas de amor. En todo caso, sobre los mensajes de amor y amistad en el seno de las escuelas e institutos hay mucho que contar y que decir. Recuerdo que, una vez, llegó hasta mi, por casualidad, comenzando yo mi carrera profesional, una carta que alguien de mi clase había escrito a otro "alguien", también de la clase. La carta, escueta, decía así: "Te miro todos los días y todos los días me enamoro. Quiero salir contigo". La carta llevaba esta firma: "La niña de la fila de enmedio". ¿Qué os parece? A mí no se me ha olvidado y por eso recuerdo con exactitud la anécdota y las palabras. Recuerdo también que, cuando leí la carta, estuve varios días mirando las expresiones angelicales de todas las niñas que se sentaban en la fila de enmedio a ver si podía descubrir entre ellas el corazón atormentado que había escrito la carta. Pero fue inútil. Ninguna de ellas tenía síntoma alguno de enamoramiento o lo disimulaba muy bien. Pero la carta estaba ahí, fue escrita y firmada por alguien, así que desistí de mi empeño reconociendo que los caminos del amor son inescrutables y que, como decía D. H. Lawrence (autor al que aquellas niñas no leían, seguro, en esos años): "Los lazos del amor son difíciles de desatar".

Pues bien, en nuestro Instituto esos días se están escribiendo cartas y cartas. De amor o de desamor, aunque ya sabemos que el amor y el desamor son las caras de la misma moneda. Algunos alumnos las han escrito de forma espontánea y las han entregado un poco misteriosamente, en sobres alargados con seudónimo que impide saber quiénes son y a qué persona dirigen su misiva. También está ya funcionando la alegre y tradicional fórmula de la entrega de cartas para San Valentín. Creo que en mi Instituto (el Isla de León, de San Fernando) no se celebraba San Valentín o, si alguna vez se celebró, nadie me escribió nunca ninguna de esas cartas. Aquí, en los recreos, los alumnos de 2º de Producción tienen instalada una mesa junto a la cafetería en la que, por veinte céntimos de euro, envuelven tu carta en un sobre rojo muy bonito y la llevan a su destinatario el mismo día de San Valentín, el próximo lunes. Estas cartas van "fuera de concurso" y a saber cuántos corazones enamorados andan ahora mismo elucubrando qué van a decir y cómo. Las ganancias de esta campaña epistolar las van a destinar los alumnos a sufragar gastos de su próximo montaje musical, el "Néstor Festival, versión 2.0" que llevarán a cabo, dedicado esta vez a la música "indie", a finales de febrero en el Auditorio Municipal de Tomares que lleva el nombre de un escritor que sabía conjugar rimas amorosas como nadie, Rafael de León.

Hasta el mismo día 14 seguiremos recibiendo Cartas y Poemas de Amor y Desamor para nuestro Concurso así que, estos días, el que no escribe una carta es porque ha olvidado el vértigo del amor.

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