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"El viento" de Dorothy Scarborough

(Retrato de Dorothy Scarborough que se conserva en Baylor University)  Dorothy Scarborough es una de esas personalidades desconocidas que te llegan a través de la publicación de un libro que una editorial decide rescatar de lo oculto. El libro es este "The Wind" , El viento, que se publicó por vez primera en 1925 de forma anónima, simplemente por una estrategia publicitaria. Su acogida tuvo luces y sombras. Constituyó un escándalo la crítica evidente a un sistema social que tenía a las mujeres en la retaguardia y que generaba dramas como el de la propia protagonista del libro, la joven Letty , cuya orfandad la obliga a marcharse de su casa y su pueblo para irse a vivir a Swetwater con la familia de su único familiar, un primo. Este argumento recuerda a las tristes heroínas del siglo XIX victoriano que Scarborough conocía muy bien por su maestría en literatura inglesa. Pero el toque social y reivindicativo es suyo y tiene mucho que ver con lo que su propia vida le h

Contigo en la ópera

Desde que Richard Gere invitó a Julia Roberts a ir a la ópera, con regalo de vestido rojo, superfashion, incluido, contemplar “La Bohéme“ desde un palco del Metropolitan Opera House, el MET para entendernos, es uno de los sueños de las it girls, incluso de las chicas de tallas superior a la cuarenta. Claro que esa sesión de música tiene que darse acompañada de un tipo bien vestido, elegante, a ser posible con una envidiable posición económica y guapo a rabiar… Ese esquema de tipo guapo y chica angelical solamente puede romperlo alguien como Cher, que, cuando iba con Sonny y su guitarra ya roturó caminos antes no pisados por las mujeres en la música y que ahora, todavía, permanece en su insondable juventud a pesar de que los años pasan, algo que ninguno de nosotros puede alcanzar con sus escasos medios cosméticos.  Cher va a la ópera y, encima, la acompaña Nicholas Cage, que tampoco es el hombre ideal, salvo cuando interpreta en “Te puede pasar a ti“ al poli bueno que compa

"El final del affaire" de Graham Greene

En cualquier libro hallas una frase que habla de ti. En este, la frase es muy sencilla y se desliza al principio de la historia: "Esto que ahora siento es esperanza" Como suele ocurrir la frase tiene que ver contigo. Ese "tú" al que ella, la protagonista, se refería siempre, es muchas personas y tiene muchos nombres. La identificación es una de las formas en que los lectores sienten que ese libro tiene algo que ver con ellos. Cuando ocurre, es más fácil entender y entenderse.  La frase puede aplicarse a muchos contextos pero hay uno irreversible y único: esa sensación de que, ante determinadas personas, en ciertos momentos, todo lo que vives es tu hogar, eso es tu hogar y el resto es intemperie.  "Sarah me gustó desde el primer momento porque dijo que  había leído mis libros y ya no volvió a hablar más del asunto: me trató como a un ser humano y no como a un escritor".  Aquí el narrador, siempre en primera persona, nos presenta a su amad

Cecilia, al otro lado

He soñado con ello muchas veces. Viendo a Brando, por ejemplo, en el memorable tennessee “Un tranvía llamado deseo”. No resultaba extraño, desde luego, que Vivian Leigh lo mirara como se mira a un hombre, aunque este ignore la mirada de alguien a quien no siente sino como un remedo de mujer. O contemplando a Andy García en “Los intocables de Elliot Ness” de Brian de Palma, ropa de diseño, mirada natural, acento cubano perfecto.  Incluso ese sueño ha surgido con el duro Delon en “Rocco y sus hermanos”, tierno al final, ya sabes, y con Russell Crowe en “Prueba de vida”, pétreo buscador de hombres perdidos y consuelo de mujeres que esperan.  Soñar que traspasas la pantalla, que cruzas el espacio sideral del cine y que llegas allí, a ese lugar innominado en el que ocurren “cosas”. Esas cosas que cuentan los directores y en las que te sumerges, porque la vida tiene poca poesía y muchos sinsabores.  Como Cecilia. La pobreza de la Gran Depresión, el desamparo, la soledad de q

Hojas caducas

El espacio dorado de la playa, el sol poniente, la sombrilla, la falda airosa, la blusa que se mueve con el viento. Los ojos llorosos que se llenan de un deseo insatisfecho. Un juego prohibido que termina mal. Unas manos que ansían la caricia que no es posible obtener sin perderlo todo. Una traición, quizá. Una búsqueda. Un sentimiento que no cabe en el corazón, que va más allá. El miedo, ese compañero molesto e invisible. El deber. La lucha. La conquista. Todo.  La hija de Ryan es la historia de una elección. Se colocan en dos recipientes de cristal los ingredientes. En uno de ellos, la tranquila serenidad de un esposo maduro, la protección del hogar, la aquiescencia con las mentes biempensantes y el respeto a la tradición de tu propio pueblo. En el otro, un recipiente quizá más tumultuoso, más movido, en el que afloran las contradicciones y el asombro, está la pasión no vivida, el fervoroso abrazo de los cuerpos, la vida que se escapa, el amor en su cumbre más alta, la afir

"Secreta luz" de Victoria León. Poesía.

"Secreta luz" tiene treinta poemas, treinta heridas. Miguel Hernández llegó con tres, recuérdalo, la del amor, la de la muerte, la de la vida. Victoria León ha escrito treinta poemas y, de uno de ellos, En la secreta luz , ha tomado el título del libro, hermoso libro, hermosísimo título, poemas hermosos.  Es muy difícil leer poesía. Más aún, escribir de poesía. Un verso equivale a cinco páginas en prosa. Lees un verso y tienes que releerlo y luego hablarlo, luego cantarlo y después recobrarlo de nuevo. Así que no te engañes porque haya, sólo, treinta poemas aquí, y de corta extensión la mayoría. Necesitarás multiplicar por cinco y eso serán ciento cincuenta páginas, una novela por lo menos.  Leer poesía requiere entrenamiento y que no suene nada mientras lo haces. Si a lo lejos se oye una guitarra (la del vecino que ensaya para sus clases del conservatorio) equivocarás el tono y el poema puede irse de ritmo y convertirse en otra cosa. No puedes decirle al vecino

Releyendo: "Emma" de Jane Austen

"Emma" es una novela perfecta . Contiene todos los ingredientes necesarios para que esa perfección sea disfrutada a tope por el lector. Personajes interesantes, un argumento convincente, una sociedad llena de aristas, una observación psicológica profunda, muchísimo humor, algunos enredos, una intriga por resolver... Además de eso, su protagonista es un caso único en la literatura de la época y en los libros de Jane Austen . Si Elizabeth Bennet , la de "Orgullo y prejuicio", te pareció moderna, sincera y atrevida, libre de prejuicios y llena de ingenio, Emma Woodhouse une a todo eso su papel de rica heredera, lo que le permite no depender de nadie, ni siquiera de ningún hombre que le proporcione un buen matrimonio y un carácter muy especial que nos va a hacer pasar buenos ratos, aunque quizá haya momentos en los que queramos estrangularlas. Cuando la presentó a su auditorio favorito, amigas, hermana, madre, Jane Austen ya dejó claro que estaba muy conve

A la hora exacta

Hay besos y besos. Un beso casi fraternal, de buenos días, con un Ray Milland algo tenso y una Grace Kelly muy puesta en su sitio. Un beso apasionado, con Robert Cummings soñoliento, quizá producto del jet lag, y ella vestida de rojo, alfombrada de rojo se diría, con un vestido de gasa palabra de honor, de escote corazón y ese bolero de encaje con las mangas al codo…Puedes besar sin duda, pero…. Lo más difícil de todo es imaginar que ella ama a alguno de estos hombres. En realidad, no parece que logre sentir pasión por ninguno de sus partenaires. Ni siquiera por aquel que, en la vida real, la sacó de los escenarios elegantes de la pantalla grande, para llevarla a pisar, con zapato de marca y vestido de alta costura, los escenarios de los grandes en el paraíso de las celebridades. Un galimatías que tú entiendes muy bien. Lo que va de las alfombras rojas a los adorables rincones de la Costa Azul. Isadora Duncan parece transitar por ellos, con su foulard al viento, en un desc

"Olga" de Bernhard Schlink

Bernhard Schlink saltó a la fama literaria, es un decir, con su novela "El lector" , que publicó en español esta misma editorial. Su trabajo como juez no le impide continuar con la escritura de relatos y novelas que Anagrama va publicando periódicamente. El trasfondo de la historia de Alemania desde finales del siglo XIX y, sobre todo, durante el convulso siglo XX, está muy presente en sus obras y en sus preocupaciones. La literatura es la manera en que solventa algunos ajustes de cuentas con el pasado y también en la que se explica acontecimientos que traumatizaron y todavía traumatizan a sus paisanos. Alemania ha tenido una historia difícil y asumirla quizá requiera de tanta reflexión como imaginación.  En esta ocasión la protagonista del libro es una mujer pobre. Esto limita sus posibilidades y la sitúa dentro de un mar de zarandeos que contribuirán a la desgracia, porque la pobreza es un plus añadido en un mundo convulso y desmembrado. Olga es huérfana y vive co

"Rialto, 11" de Belén Rubiano

"Anoche soñé que volvía a Manderley"...comienza narrando Daphne Du Maurier cuando la muchacha sin nombre rememora, en su apartamento de la Costa Azul, el tiempo en el que junto a su flamante marido, Maxim de Winter, vivía en la mansión inglesa que trajo a la vez desgracia y asombro.  Algo parecido parece querer contar Belén Rubiano (Sevilla, 1970) en este "Rialto, 11" que publica la editorial Libros del Asteroide y que ha tenido notable éxito entre los lectores. La peripecia cotidiana de una mujer que encuentra trabajo, primero, en una librería bastante comercial y dirigida al modo stajanovista y que después, en un atrevimiento casi suicida, decide que es el momento de abrir su propio negocio, nada menos que una librería. "La librería" , de Penelope Fitzgerald , se ha convertido en la más famosa del mundo después de que Isabel Coixet llevara a las pantallas la aventura de Florence Green , esa librera que libera de los fantasmas a un viejo edificio

"Fruitlands" de Louisa May Alcott

Siempre pensé que detrás del tono edulcorado y cursi de "Mujercitas" había algo que se escapaba a mi comprensión inmediata. Sobre porque me resultaba tan pesada toda esa maraña de hermanas que terminaban mal o regular que tenía la impresión de que en la cabeza de la autora pululaba un pensamiento difícil de asimilar por mí. Y era cierto. Ahora lo sé. La publicación de este "Fruitlands" que ha realizado recientemente la editorial Impedimenta , abunda en la infancia de Louisa May Alcott y en la filosofía trascendentalista, que es la que inspira tanto este libro como la propia infancia de la familia Alcott. Esa idea ingenua de que la pobreza digna da la felicidad y de que alejarse de lo mundano garantiza la paz interior, ronda todo el tiempo por las novelas de esta escritora, al menos las que firmó con su nombre, porque luego están las de su heterónima A. M. Barnard y eso es harina de otro costal. Lo que me faltaba en "Mujercitas" era el sentido