Ir al contenido principal

Entradas

Quiero ocultar mi rostro

Ella lo sabía. Sabía que él ejercía sobre su alma un poderoso influjo. Como la luna, que al aparecer, lo tiñe todo de plata. Y cuando se oculta deja una sensación de vacío difícil de explicar. O como el sol, que cubre de la pátina de la verdad las cosas de cada día. Y, si no está, se espera a que amanezca, en ese rito diario de la realidad que no queremos eludir. Esa mezcla de necesidad y dolor era él para ella. Y ella lo sabía. Las mujeres hablaban mal de él. Le adjudicaban maldades que a cualquiera hubieran derrotado. Pero él ejercía de misógino, de prepotente y de narcisista. Y esa asunción de sus defectos lo redimía de todos ellos.  Y ahora ella sentía que, para todo, era demasiado tarde. Ya no tenía la edad precisa para enamorar. Ya podía pasear por la calle sin que los ojos de los hombres la siguieran. Ya no estaba en el tiempo de los sueños. Solamente alguien que la hubiera querido desde siempre, sentiría hacia ella la mezcla de pasión y deseo que se llamaba paraíso. A

"Born to Run" Memorias. Bruce Springsteen

Siete años ha tardado Springsteen en escribir esta Autobiografía que acaba de publicar en castellano Literatura Random House con una traducción de Ignacio Juliá. Voluminoso libro de casi seiscientas páginas que el Boss dedica a Patti, Evan, Jess y Sam y que se acompaña de fotografías de su álbum familiar.  Él mismo cuenta, en el capítulo de agradecimientos, el proceso de la escritura. Sin prisas y sin presiones. Organizada la estructura en Libro I, Libro II y Libro III, la historia comienza en su calle y su casa para terminar en los escenarios. La narración está pormenorizada, detallista, llena de notas de color, pero también es intimista, porque no solamente cuenta lo que pasa, sino cómo lo vive, cómo lo siente y plantea. Es muy curiosa la manera en la que el artista aparece como un tipo trabajador, dedicado a lo suyo con pasión y notablemente exigente y lleno de expectativas. Lejos de destacar los momentos de glamour y de gloria, se hace hincapié en lo otro, en el esfuerzo, el

Así que el tiempo se encargue de borrarte

(Pintura, Ramón Casas)  He abierto las ventanas y un aire húmedo y frío se ha colado en la casa. Los manojos de flores se escondieron y los jarrones tienen un perfil de vacío acompasado. La música cesó. Se pararon los llantos. El silencio ha encontrado su sitio. Así está todo: tibiamente perdido.  Si la lluvia lo arrasara todo, si limpiara mi corazón de ti. Si me dejara libre, sola, sin esa opresión que me traes y que nunca se marcha. La lluvia que corre de ventana a ventana, la lluvia que quiero sentir dentro, para no conservarte en ninguna memoria.  Hay un torrente de besos que nunca se han besado, una huella de manos que se alejan de mí. Este viento de la mañana tendría que convertirme en estatua de sal, borrar los sentimientos, borrarte, sin esperar a que el tiempo se encargue de convertirte en un mal sueño. 

La quietud invadida

(Claude Monet: Impression. Soleil levant) El sol, que esta mañana llameaba con la fuerza de un otoño aburrido, acaba de marcharse. Se ha cansado de ver cómo la plaza se abandona a su suerte en el almuerzo y los niños se esconden y los viejos marchitan su esperanza de más tiempo para verlos jugar. El sol, que ahora no existe, anunció de temprano que tú la contemplabas con el ardor de un hombre que desea, con la mirada fiera de quien busca su rato de belleza, su palabra precisa en la ternura. Ese sol, que despunta, que intercala sus rayas con las nubes que quieren su parte del pastel, es el mismo que ella contempla desde el fondo de un silencio más claro. No estás. Decidiste que el tiempo se llenara de otras, de cuyas voces no tenemos noticia, de cuyos cuerpos desconocemos el aire y la distancia. Te marchaste con otras para ver si la dicha retornaba a tus ojos, para encontrar la huella de la carne, para ahondar en el secreto de un amor imposible. Ella quedó a la espera. Pero nad

"La resistencia íntima. Ensayo de una filosofía de la proximidad" Josep María Esquirol

El último Premio Nacional de Ensayo corresponde a un libro “pequeño”, que no intenta abarcar el universo sino el adentro, el interior, lo que ocurre tras nuestros propios visillos. Cuidarse a uno mismo, entender lo que somos y el motivo último de nuestra actuación, acercarse a los otros alumbrándolos, empatizar con el de enfrente y no solo con el de al lado, trazar un camino posible, factible y necesario…todo ello surge natural de las páginas del libro, que lees a modo de interesante discurso natural que surge del sentido común, aunque esté lleno de referencias y de referentes.  La definición de “resistencia” ocupa las primeras páginas. Es una resistencia que no debe confundirse con ocultación, con lejanía, con oscuridad, sino, al contrario, con un hallarse a sí mismo con la idea de que ese hallazgo nos aporte claridad y que esa claridad pueda ser compartida. A continuación, la vida cotidiana aparece como el marco ideal en el que esa resistencia puede tener sentido, como el lu

De la lluvia

(Fotografía: Christophe Jacrot)  Estaba cansada. Llevaba un buen rato recorriendo la ciudad. Quería despejar su cabeza de dudas. Pero las dudas parecían perseguirla. Doblaba una esquina y allí estaban. Las preguntase agolpaban, en lugar de desaparecer. La incertidumbre se convertía en una losa firme, no se disipaba. Llevaba un paso rápido que tuvo que espaciarse con la lluvia. La lluvia era el gran acontecimiento del día. Después de meses sin caer tuvo que aparecer de esa forma inclemente, sin avisar, de modo que entró a comprar un paraguas en la tienda de los chinos que le cogió más a mano. Los chinos no cerraban nunca y tenían de todo. Era un todo polvoriento, sin gracia ni estilo, pero, al fin y al cabo, no tenía ninguna cita a la que acudir, era un simple paseo rápido esperando que su cabeza dejara de pensar. Los pensamientos no pueden detenerse, se dijo. Quiero que se transformen en ideas positivas, como explican los psicólogos. Aunque no se fiaba de ellos. Conocía a unos

Lo inútil del cariño

Realmente, dice ella, esta es una despedida inútil. Sé que no leerá estas palabras. Está demasiado ocupado, su cabeza anda enfrascada en temas importantes. El amor es un sucedáneo del aburrimiento, así que no le prestará atención. Me despido, entonces, no de él, sino del amor que le tuve. Lo dice mientras agacha la cabeza, abate los ojos y sonríe tristemente. Esa es una tristeza sobrevenida, pienso. Ella ha perdido la alegría. Se ha quedado secuestrada en cualquier encuentro baldío. En una conversación venida a más por la rabia y la indiferencia. Realmente, dice ella, no debería decir nada, puesto que el silencio ha sido mi santo y seña todo el tiempo. Cómo terminar lo que no ha empezado, continúa. Si entonces, cuando mi corazón saltaba al presentirlo, mis palabras nunca confirmaron su latido, qué sentido tendría ahora, cuando ya sé que la inutilidad golpea mis pasos y al final de ellos no hay ningún atisbo de su presencia. Ella mira a lo lejos, entreabre los ojos y guarda en el

Una mujer fatal

Confirmado. De todas las mujeres que se pasean por los libros de Jane Austen ninguna merece más este título que lady Susan Vernon . Por eso esta novelita epistolar de 125 páginas apenas es tan interesante. Porque pone en circulación un tipo femenino verdaderamente curioso, sobre todo si nos atenemos a las fechas en las que fue escrita y a la edad de la escritora (entre 1794 y 1805, con algo más de veinte años).  Ni siquiera las hermanas Bingley , con su desprecio por la vida campestre y sus luchas soterradas por conseguir que Caroline se case con Darcy, pueden compararse a lady Susan. Ni, por supuesto, la señora Augusta Hawkins , de casada señora Elton o, incluso, Fanny Dashwood , con su maléfica influencia sobre su marido, a la sazón hermanastro de Elinor y Marianne en “Sentido y Sensibilidad” . Esa conversación inicial en la que  Fanny lo termina convenciendo, con frases cortas e intencionadas, para que no asigne cantidad alguna al sostenimiento de su madrastra y sus

Leonard Cohen: Seis acordes de guitarra

Me confieso analfabeta en Cohen. Si no hubiera muerto ayer yo no hubiera buscado en Internet noticias sobre su vida, ni hubiera escuchado con atención sus diez temas más famosos tal y como los publica La Vanguardia. Ni hubiera estado atenta a un enlace de El Mundo en el que se recoge el discurso que dio en Oviedo con motivo de recibir el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2011. Qué curioso. No recuerdo cuestionamiento alguno hacia ese premio, quizá porque "Letras" es concepto más amplio que poesía, que novela, que escritura. Ahí la copla entra sin remedio y la canción y todo lo que música acompaña.  En ese discurso Cohen cuenta una historia. Las historias de los viejos son entrañables y él, en ese año de 2011 ya lo era y lo sabía y tenía esa presunción de los viejos que han pasado ya esos años difíciles en los que todavía se tiene esperanzas de mantenerse lo más en forma posible para seducir a quienes nos cruzamos en la vida. En ese año él había decidido ab

"Antigua luz" de John Banville

Me alegra experimentar el asombro y la fascinación por los libros a pesar de que llevo tantos años de lectora activa. Soy, básicamente y sobre todo, una lectora que por ello escribe. Pero, aún así, no ceso de toparme con cosas que me llenan de esplendorosa admiración, con libros escritos de tal manera que quisiera que fueran míos. Un solo libro de estos me aseguraría el paso a la inmortalidad literaria, el mayor empeño que alguien que escribe debería tener. No será así, por desgracia, pero bien sirve para disfrutar ese hallazgo nunca pretendido.  Ocurre como con el amor. Ni se busca, ni se persigue, ni se conquista. Simplemente se encuentra, se acepta y se disfruta. Este es un libro para sentirse parte integrante de la comunidad de los que piensan que las palabras son el elemento de la comunicación que nos hace más humanos.  Un hombre de sesenta y cinco años, actor de fama, padre fallido de una hija que se quitó la vida, esposo conveniente y desapasionado, amante de mujeres

(Fotografía de Philippe Marchand. Nantes, 1961) Todos los hombres que amé están en ti y tú no te pareces a ninguno. Aquella arrogancia juvenil, esa torpeza de no saber dónde poner las manos, la mirada imperfecta de unos días sin final, el resplandor opaco de sus ojos, la palabra convertida en confesión secretamente oculta, la blanca y dulce bebida a ras de labios... Todo ese bagaje de caricias, gestos y enseñanzas furtivas y esos otros encuentros oficiales y las confidencias a la luz del día y la huída en las noches más amargas... Esa turgencia firme de los brazos que escalan posiciones y quizá sin remedio esa gota de luz que a tu lado me alcanza... No sé qué encontraría yo en ellos que no tuvieras tú. Acaso nada. Si no fuera por ti, tanto y de qué manera, los hubiera olvidado para siempre.

Y callaré tu nombre

Si algún día las aguas bajan dulces acuérdate de este tiempo de furia, del dolor del costado que se clava en el cuerpo, de las lágrimas tibias que anuncian soledades. Si alguna vez esos ojos vuelven a mirarte no dejes de lado que ahora ocultan el rostro no retires de tu memoria el sufrimiento no permitas que la euforia te engañe de nuevo.   Si por algún motivo sientes que esto de ahora es un sueño inventado, una historia sin nombre, recuerda lo que sientes, esta herida mortal este silencio inmenso con su huella indeleble.

Edna O´Brien en Madrid

A Madrid ha llegado Edna O´Brien , una de mis escritoras favoritas (esto es poco decir, suena frívolo y superficial) para presentar su última novela "Las sillitas rojas". Hubiera dado lo que fuera por estar allí, en esa librería, por ver de cerca a O´Brien (soy bastante mitómana) y por preguntarle algunas cosas de Kate y Baba que se me quedaron sin resolver. No vivir en Madrid tiene estas cosas. En todas las ocasiones en las que una exposición, una presentación de un libro o, simplemente, la imagen de la ciudad majestuosa y delicada que es, me hace pensar en ello, siempre tengo la sensación de que me estoy perdiendo algo. Debería coger el AVE todas las veces del mundo y plantarme allí, sin más, sin parafernalia ni preparaciones. Sería lo mejor.  Mi prima Mary (que es mi súper prima, esa prima que todos queremos tener, porque tiene las mejores cualidades, la mayor gracia y la generosidad especial de la buena gente) siempre dice que, para ella, estar en Madrid es la

"Como una extraña" de Rachel Abbott

La novela policíaca es un terreno que he recorrido durante toda mi vida de lectora. Desde los diez o doce años las novelas de Agatha Christie han llenado el librerito blanco en el que estaban los libros más leídos de la casa.  En las estaciones de tren, en los kioscos, en la imprenta (así llamábamos a la librería donde los comprábamos), en cualquier parte donde se pudieran hallar, incluso en el Vips o en un gran almacén, encontrar un título no leído era una fiesta para todas nosotras. De esta forma los conocemos todos y podéis preguntarme por cualquiera de esas novelas que sabré deciros argumento, personajes y desenlace.  Ya sé que muchas personas la consideran literatura menor, pero no veo nada pequeño en hacernos pasar un rato agradable, ayudarnos a olvidar los problemas y, sobre todo, lanzarnos sobre la pista de alguien que ha hecho algo malo. La intriga, el suspense, la duda, son elementos consustanciales a su trama y todo eso te hace vibrar como lectora. Si me pedís a

Devuélveme los versos que te escribí una noche

No lo hubiera creído. Incrédula, moviendo la cabeza sin reparar en ello, dudosa, fuera de cobertura, allá lejos de todo, cuando hasta el aire tiembla, recibe la evidencia de que también en esto él le mentía. Sus mentiras pequeñas, sus mentiras absurdas, sus mentiras ajadas, sus mentiras precisas, sus mentiras piadosas, sus mentiras perdidas, sus mentiras oscuras, sus mentiras dudosas, sus mentiras...alcanzan hasta el borde de los sueños, lo más puro que tuvo por llevarle.  Una palabra tuya bastaría pero se equivocó y lo hizo inútilmente. Los errores consisten en hallar un camino que no conduce a nada. Confiar en que los ojos tienen brillo de huellas verdaderas. Esperar que el calor de las miradas tengan razón de ser pese a la noche. Pero si la mentira se abre paso, si la mentira huelga sus razones, si la mentira existe, si la mentira brilla, si la mentira avanza...entonces las palabras se congelan, se pierden, se marchitan, se acobardan, se adueñan del silencio, se terminan, se

Una invasión salada

(Gustav Klimt) Llegan sin avisar. No las esperas. Tampoco te hace ilusión su llegada. Es un incordio a veces. Casi siempre. Te rodean y te cansan y te vencen. Son saladas y húmedas. Te cubren enseguida la cara. Tu rostro se convierte en un camino a surcos. Se marcha el maquillaje, se marcha la sonrisa, se va todo.  Si estás en un lugar inopinado, entonces te llenas de vergüenza. Lo ocultas, disimulas, las gafas son para eso un aliado. Pero incluso si fueras con la cara lavada, al descubierto, encontrarías que nadie lo percibe. Nadie ve cuando lloras. Las lágrimas son entes invisibles de un dolor no narrado. Son huellas, los testigos que anuncian que tu corazón vive en un silencio pavoroso que arde.  Tú sabes por qué lloras. No te engañas. Puedes hacerlo con el mundo entero, pero nunca contigo. Los engaños no sirven. Duelen tanto como asir las verdades pero te dejan dentro una huella de hastío que no puede borrarse sino con claridades de cualquier primavera.  Y no p

En el jardín

(Impresionismo americano) No todo fue tristeza. Nadie soporta la tristeza mucho tiempo. Por eso fue tan doloroso. Teníamos las palabras. Y teníamos las risas. Oírle reír era una gigantesca punzada de optimismo. Reía de una forma especial, con ganas, desde dentro. No impostaba la risa. El tiempo de reírse era el único que parecía verdad. Yo quería hacerle reír a toda costa por eso sufrí tanto cuando me convertí en un problema. Todas las mujeres de su vida nos hemos acabado convirtiendo en problemas. Las del pasado y las que vendrán. Pero su risa, ay su risa. Conquistaba el espacio. Era limpia y producía el efecto de una catarata de agua en el desierto. A través del teléfono reía con ganas y transmitía un halo de complicidad imposible de evitar. Y, cuando estaba frente a mí, esa mirada, durante el acto de la risa, tenía una fuerza tal que todavía la mantengo en mis ojos. La veo siempre. Está ahí. No se marcha, ni se oculta, ni se escapa. Lo veo reírse y entonces muero. N

"Elle" de Paul Verhoeven, con Isabelle Huppert

Isabelle Huppert es una actriz excepcional. Su fragilidad aparente esconde una fortaleza sin límites. En este papel esa dualidad es fundamental. Michelle ha sido una niña traumatizada por su condición de hija de un asesino múltiple. Esa circunstancia ha marcado la vida de la familia. Mientras ella triunfa como empresaria de creación de videojuegos, su matrimonio fracasa y su hijo es un absoluto inútil con problemas mentales. Por su parte, la madre de Michelle ha perdido todo contacto con la realidad y vive entre el botox y los gigolós. En esa tormenta estallan otras, que la cubren de pleno y que solo pueden entenderse a la luz de su propia existencia. Pero es capaz de seguir, de arreglarse el pelo, ponerse los zapatos de tacón, maquillarse y volver a la lucha. Es esa sensación de resistencia a la derrota la que te mantiene atenta a la pantalla.  Si vas al cine con amigas tendrás luego la oportunidad de hablar de lo que viste. Esto es algo impagable. Las cinco mujeres que, tras

"Querida Jane, querida Charlotte", Espido Freire

El libro aparece pulcramente ordenado en una de las estanterías acrisoladas de la casa. Es una mañana luminosa en la que el otoño se ha retraído y el sol quiere recordarnos que existe, que todavía no se batido en retirada. El campo se ha abierto en amapolas y margaritas silvestres y las plantas del jardín mantienen su tersura, quizá porque hace pocos días una tromba de agua las ha santificado. Está el libro junto a otros que hace tiempo no leo y se me viene a los ojos y a las manos. Así, como si fuera una señal, un aviso, como si ese fuera el libro que hoy debo hojear y aún recordar.  La contraportada es blanca y en ella sobresalen, con tamaño de miope, las letras negras que explican el argumento. Debajo, a la derecha, sobre el código de barras, aparece una etiqueta naranja fosforescente que está escrita a mano. El precio de venta (16,90 euros) y la fecha en la que se etiquetó, el 17 de febrero de 2004, justamente un día antes de que mi vida cambiara para siempre. Aunque yo no

Faros

( Un faro en la costa de Irlanda ) Confieso que me gustan los faros y que no viviría en uno de ellos. La absoluta soledad que los rodea, el mar océano a un lado, en otro ángulo la tierra firme anclada, todo eso me asustaría en las noches y me daría melancolía en los atardeceres. Ese momento indeciso del comienzo del día, cuando se apaga la luna siquiera por un tiempo, esas horas escasas, serían, seguramente, el tiempo en el que mi corazón no latiría desbocado aquí, en estos sitios que la leyenda agranda.  Esa luz circular que lanza inexorable cada vez que el reloj así lo exige tendría que ser también un aviso para aquellos que viven en las orillas tenues de los mares ansiados. Justo al lado del mundo en el que te hallaría, aunque no estoy segura de que tus ojos vieran ese andar despacioso que gasto cuando sueño. En ti, solo contigo, solo al lado del aire, allá contigo, solo en esa baranda de las camas desnudas, podría retroceder y cambiar lo que ha sido por una tenue brisa

Ella calla, él miente

(Richard S. Johnson. Hiperrealismo norteamericano) Hoy prefiere el silencio. Y eso en ella significa que una puerta está a punto de cerrarse. Que un árbol ha dejado caer todas sus hojas y soporta con pesadumbre el viento y la lluvia, sin apenas protegerse. Quiere decir que no cree en palabras vacías y en sonrisas cargadas de prevenciones. Que las mentiras piadosas no son santo de su devoción. Que no siente nada si una imagen, con champán incluido, se superpone en su cabeza. El silencio significa en ella tanto decepción como desencanto. Como desengaño. Como desafección. Como desaliento. Desarmada. Desilusionada. Desértica. Desapasionada. Desdoblada. Débilmente expuesta a los adioses que se acumulan cada día. Adiós, adiós, adiós. El silencio se escribe con eses. Todas las palabras terminan en ese. Días acaba en ese. Tardes acaba en ese. Noches, también. En el silencio suena, extrañamente, una canción de la que todos hablan. Pretende ser emblema pero para ella no es nad

Campo dei Fiori

(Marcello Mastroianni y Sophia Loren. Los Girasoles. Vittorio de Sica. 1970) A ella le asustan los aviones. Cuando se cierran herméticamente las puertas y la huida es imposible. Algunos pasajeros se asoman jubilosos a las ventanas, detrás de los cristales, para ver el despegue o la llegada. Para atisbar las tormentas en las pistas de abajo o para soñar con una puesta de sol única, que les convierta en espectadores privilegiados de la naturaleza incólume.  A ella, en cambio, lo único que la salvaguardaba del miedo era el amor. Sentir que allí, a su lado, con las piernas muy juntas y las manos cercanas, estaba él, que podía acunarla si notaba sueño y podía distraerla si los nervios hacían su presentación. Era el amor lo que movía sus pies a la hora de avanzar en un viaje que siempre quiso hacer con la persona adecuada, en el tiempo preciso, en el paisaje perfecto.  La ciudad es un torbellino de esperanzas. Las calles aparecen regadas de turistas, de nativos que ignoran c

"A mí no me engañas" de Kelly Link

Kelly Link (Miami, USA, 1969) es editora y escritora. Los cuentos y los relatos cortos son el territorio literario en el que mejor se mueve. En ellos hace una personal mezcla de asuntos fantásticos, ciencia ficción, adobados de elementos de carácter realista. Como editora es responsable junto a su marido de Small Beer Press y realiza una interesante labor como profesora de escritura creativa en talleres literarios muy conocidos y respetados en Estados Unidos, algunos de los cuales están vinculados a universidades. Ella misma asistió a estos talleres y es ahí donde ahormó su forma de escribir y de entender la literatura. En 2011 se publicó en castellano su libro "Magia para lectores" (Seix Barral) una antología de cuentos fantásticos que tuvo mucha aceptación entre el público. A pesar de ser una escritora muy premiada en su país todavía en España no goza de un reconocimiento más o menos general. En esta ocasión Seix Barral publica otra colección de cuentos, "A mí

"Basada en hechos reales" de Delphine De Vigan

Desconfío de los libros que se leen de un tirón. A veces eso significa que se despeñan por un precipicio del que no es responsable siquiera su autor. En este caso todo parece abocado a la tragedia. Las entradas de los capítulos llevan frases de Stephen King y el comienzo no puede ser más descorazonador: una escritora que ha perdido el don de la palabra.  ¿Estamos ante una historia real? ¿Ha tomado Delphine de Vigan un episodio de su propia vida para convertirlo en novela? Estas preguntas se formulan en el libro de otra manera. ¿Debe el escritor usar su material biográfico para escribir? ¿Es esa la única escritura posible? La escritura-verdad, la que emana de la realidad directamente, la que se ofrece en bruto, apenas sin limar. El oficio de escritor como demiurgo, como intermediario entre la vida y el lector.  La protagonista de este libro es una escritora que no encuentra argumento para escribir una novela, después de haber obtenido un importante éxito. La editora le d

"Triana. La otra orilla del flamenco. 1970-2015" Ángel Vela Nieto

El elemento predominante en este voluminoso libro es el trabajo de campo. El autor ha utilizado el método de ir directamente a las fuentes y ha privilegiado la oralidad frente a la bibliografía. Esto tiene su razón de ser en el propio contenido del libro: detalles biográficos de artistas de Triana y en Triana, más o menos conocidos y representando todos los ámbitos flamencos, desde su cultivo, hasta los investigadores y aficionados.  La tarea se ha completado con una selección de testimonios gráficos, algunos de ellos impagables. Las imágenes de niños jugando, de niñas en el colegio, las escenas familiares, los artistas en su salsa sin esa rigidez de los escenarios, pueblan sus páginas y contribuyen de una forma decisiva a que el libro sea entretenido y convincente. Es un libro de consulta que puede leerse desde cualquier dirección y al que se debe volver para saber cosas concretas del arrabal en este aspecto de su arte.  La página 7 del libro contempla un aviso: se dirige