El amor se condensa en una carta. Las palabras cuentan lo que los labios callan. Los ojos en los ojos desnudos se han quedado. Nada hay que no sea sufrimiento después de tantos años. El tiempo que ha pasado no ha convertido en agua clara el sueño que viviste después de conocerlo tan de cerca. Él no ha entendido y tú no has sido capaz de olvidar. Que una adolescente soñadora se enamore de un joven músico, bello como un dios griego, no es raro. Más raro me parece que se pasen los años, se convierta en mujer y siga amándolo. Más raro es aún que él viva entre amores que no le satisfacen y olvide el único que, en verdad, podía haberlo salvado de tener el corazón desierto en vida. Morir antes de que llegue la muerte es algo parecido a esto. Ella, porque lo ama y no lo tiene. Él, porque no sabe que el amor existe. En 1948 Max Ophüls firmó la adaptación cinematográfica de una inquietante novela de Stefan Zweig . La obra de Zweig te produce una herida que difícilmente restañas co
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