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Jane Austen: una filosofía del escándalo

Comencé a leer a Jane Austen en un momento indeterminado de hace algunos años. El paso del tiempo se revela impreciso y no sabría decir cuántos. La costumbre de anotar las fechas en los libros que compro podría ayudarme pero el primero de ellos, una edición de quiosco de "Orgullo y prejuicio", no está ahora mismo a mano. Como Umbral, me van a permitir que no me levante a buscarlo. Sea cual sea el tiempo, el año, el día preciso, de esa lectura, fue un descubrimiento. La lectura de ese libro me puso en la pista de otras lecturas posteriores, no solamente de Austen sino de mujeres que escribían, de literatura anglosajona, de otro tipo de obras. Las que yo califico como de "novelas de la emoción". Es la poesía indudablemente el género en el que los sentimientos, pensamientos, ideas y conductas se convierten en emociones, en un trasiego casi psicológico que termina por ocultar los hechos y por salvaguardar el espíritu. Pero en las novelas de Jane Austen encontré

Más libros para el 2017

Javier Cercas, que obtuvo un éxito muy destacado con "Soldados de Salamina", éxito que luego no se refrendó con sus siguientes obras, publica de la mano de Random House "El monarca de las sombras" , en ese estilo histórico con aspectos novelados que ya ha manejado otras veces.  Por su parte, Virginie Despentes , en la misma editorial, lanzará "Vernon Subutex 2" y Philipp Meyer " El valle del óxido" , también con Random, en lo que promete ser un futuro best.  Sobre Freud habrá nuevos estudios y publicaciones, entre ellos el inédito "La hipnosis" que recoge los escritos sobre este tema que el psicoanalista dejó elaborados. Lo publicará Ariel.  Tusquets hace dos apuestas: la primera es la nueva novela de Luis Landero "La vida negociable" y la segunda una reflexión sobre el paso de los días, con título "El tiempo", escrita por Rüdiger Safranski.  El guatemalteco Eduardo Halfon vuelve con ot

Libros para el 2017

(Ian McEwan. Hampshire, Reino Unido, 1948) Anunciar los libros que vamos a tener ocasión de ver publicados en 2017 es un clásico de este día de final de año. Resulta muy entretenido observar cómo algunos autores tienen ya preparado su libro de cada año y cómo se programan aniversarios y ediciones especiales. La selección que cada uno hace de estas esperas es tan variada como lectores hay. Así que esta que yo escribo aquí, en la primera entrada de este blog en 2017, es muy personal y elegida sin querer ser exhaustiva.  Ian McEwan publicará con Anagrama "Cáscara de nuez". Por su parte, Salamandra sacará un nuevo libro de Dennis Lehane, de título "Ese mundo desaparecido". Lo noir continuará en la obra de Benjamin Black "Las sombras de Quirke" de Alfaguara.  (John Banville-Benjamin Black, Wexford, Irlanda, 1945) Muy atractivo es el panorama de la publicación de libros de relatos. Desde hace unos años viene ocurriendo así y el cuento ha

Ser una heroína es harto difícil

(Persuasión. 1918. Sally Hawkins es Anne Elliot en la versión para TV de 2007) Persuasión , la novela de Jane Austen publicada  a título póstumo en 1818 presenta un tipo de mujer fuerte, capaz, reflexivo, maduro, no exento de sentimientos, pero llena también de sentido común . Está enamorada pero no va a perder la cabeza con facilidad. Y mantiene su dignidad en todos aquellos momentos del libro en que sus amores pueden ser descubiertos y utilizados de mala manera.  Pero no es Persuasión la única novela en la que esta escritora define personajes femeninos de auténtico fuste. Todo lo contrario.  Una de las cosas más interesantes de la literatura escrita por Jane Austen es la variedad de personajes femeninos que crea. ¿De dónde los sacó? ¿Cómo una persona con tan escasa experiencia de la vida, que se movía en un círculo familiar y vecinal muy concreto, fue capaz de concebirlos? El talento es, sin duda, junto a las lecturas que frecuentaba desde pequeña, el secreto de est

El regreso del capitán Wentworth

(Autorretrato de Constance Mayer, 1775-1821) Anne Elliot , la protagonista de "Persuasión" está muy enamorada de Frederick Wentworth desde los diecinueve años y cuando él le ofrece matrimonio rechaza su proposición. Los diecinueve años de entonces, finales del siglo XVIII y principios del XIX, eran una buena edad para casarse. Incluso se registran matrimonios con menos edad. Sin embargo, Anne renuncia a su felicidad y hace infeliz también al hombre que la quiere. Los consejos de Lady Russell y la falta de aprobación por parte de su padre contribuyen a ello. Sin embargo, Anne tiene sentimientos profundos y ocho años después de aquello, cuando vuelve a encontrarse con Frederick , convertido en el capitán Wentworth , un hombre triunfador y de fortuna, las cosas son bien distintas. Una suerte de determinación la guía. Sabe lo que siente y sabe que ahora actuará de forma diferente si él la sigue amando. Pero es algo que está por ver, no hay ninguna certeza de que el a

Hay que buscar razones

La muchacha de la farmacia ha sido muy elegante en su felicitación. No le ha preguntado cómo va a pasar la noche. Ella lo ha agradecido con el gesto cómplice de quien entiende el detalle. Luego, en la mercería, la dependienta-amiga, ha elucubrado sobre el posible frío al salir de la Misa del Gallo, pero no ha hecho alusiones personales lo que ha constituido una forma de entendimiento que tiene mucho valor en horas tan reiterativas y llenas de lugares comunes. En el supermercado, más impersonal, la compra ha sido rutinaria y sencilla, no hay apenas nada que celebrar. Y luego, en un paseo improvisado que no tenía previsto no ha podido evitar enamorarse de un mueblecito pequeño y adornado de rosas que, piensa, quedaría de perlas en una esquina del dormitorio. En ese cuarto sobra ahora mucho sitio. Cuando lo compra no se da cuenta de que ha de transportarlo a casa y que, aunque cerca, tiene que hacerlo sola. Es esa soledad de llevar consigo un pequeño mueble casi a rastras lo que ha h

Ese compás ausente

(Nacimiento de Cristo. Catedral de Segovia) Los niños vinieron del lugar más frío de la tierra. Su llegada fue, en cambio, un soplo de calor. La casa se llenó de una esperanza cierta que nunca antes la había alumbrado y el orden se trastocó en una nube de juguetes que te zarandeaban al entrar. Él, un tipo circunspecto y poco dado a la risa, se sorprendió llevando a aquellos niños a montar en un tiovivo que el ayuntamiento colocó en la plaza. También frecuentó una pista de hielo, un centro comercial plagado de sorpresas y la mesa incómoda y moderna de un McDonalds que antes no había pisado nunca. La madre dejó de notar una punzada de envidia cuando, por la calle, descubría el enjambre de mujeres que acababan de dejar a los hijos en la puerta del colegio y se unió a ellas con entrega, deseando formar parte del AMPA cuanto antes. Ya eran padres y esos niños su mayor alegría.   La vida desde entonces adquirió otro compás. Cómo explicarlo sin nombrar las noches de insomnio, la

"Nunca me ha gustado cómo huelen los libros"

(Harriet Walker es Fanny Ferrars Dashwood en la película de Ang Lee) Esta frase la pronuncia Fanny Ferrars Dashwood, la esposa del hermanastro de las hermanas Dashwood (Elinor, Marianne y Margaret) al enseñarle a su hermano Edward Ferrars la casa familiar que su marido ha heredado a la muerte de su padre. La desgracia femenina de perder todo derecho en la vía sucesoria de bienes e inmuebles para beneficiar a los varones, incluso con parentescos lejanos, está presente en toda la obra de Jane Austen y siempre con un punto de crítica.  A la muerte del señor Dashwood, su segunda esposa y las tres hijas que ha tenido con ella, se quedan desamparadas, a merced únicamente de la bondad de su hijo mayor, a quien, en su lecho de muerte, el padre hace prometer que cuidará de ellas. Las promesas se diluyen y se interpretan como uno quiere. Y Fanny es una enorme manipuladora que conseguirá que su marido vea las cosas como ellas las ve: ni un duro para estas mujeres, que tendrán que avi

Siete libros que he disfrutado leyendo en 2016

Me llamo Lucy Barton de Elisabeth Strout (Duomo / 1984, 16,80 euros). Una escritora con un pasado lleno de penurias convalece en el hospital con su madre al lado, en una última oportunidad para su reconciliación. Cualquiera de nosotros se ha preguntado en alguna ocasión si hizo todo lo que estaba en su mano para que la relación con su madre haya sido positiva. Las respuestas son muchas y las tuyas, como las mías, quizá no coincidan con las de la autora. Pero estoy segura de que pensarás en ello desde otro punto de vista. Te perdonarás a ti misma. Te entenderás mejor. Y la entenderás a ella.  Tú no eres como otras madres de Angelika Schrobsdorff (Errata Naturae y Periférica / La Campana, 23,95 euros). La historia real de la madre de la autora, una judía de la burguesía berlinesa que vive una juventud liberada hasta que topa con el ascenso de los nazis. Este es uno de esos libros que lees y recomiendas. Y luego resulta que hay mucha otra gente que ha hecho lo mismo, leerlo

Flaubert o Sand

(Stuart Davis) Hubo una disputa entre Gustave Flaubert y George Sand en lo que respecta al sentido de las novelas. Flaubert es el padre de Emma Bovary y considera que escribir es un acto intelectual que no puede revestirse de la propia experiencia. Hay que guardar en un cajón los sentimientos para que las palabras fluyan. Así lo afirma sin que titubee. De esa forma, lo que el escritor cuenta es la vida de los otros. No hay ni un ápice de yoismo en esa interpretación de la novela y sus personajes muestran lo que son independientemente de la propia opinión del escritor.  (Stuart Davis)  Muy al contrario, para George Sand no es posible escribir sin que se trasluzca, más o menos, el sentimiento y las emociones del que escribe. Salen a la luz en forma de palabras, se cuelan en las rendijas del argumento, cubren de llanto o de verdad las expresiones de los personajes y, en fin, todas impregnan la vida narrada. No se contrata de contar la vida del que escribe, sino en escribi

Ahí empezó todo

En la calle, bulliciosa de por sí, se formó un jaleo de campeonato. La puerta del número 39 se había abierto estrepitosamente y dos de los hijos de la familia aparecieron en ella, con cara de pocos amigos, portando a rastras unas cajas de gastada madera que no tenían cubierta.  Nadie podía ver lo que contenían, porque los espectadores espontáneos que llegaban atraídos por el ruido, no tenían suficiente ángulo de visión. Pero la niña de la casa de enfrente saltó por encima de los pies de los otros y se plantó delante y asomó la cabeza y metió la nariz y descubrió los libros.  ¡Son libros, son libros! gritó. Y el grupo de mirones se fue dispersando. A buenas horas iban a pararse en libros a la hora de la siesta porque a aquellos imberbes se les hubiera ocurrido hacer limpieza de buhardillas…. Pero la niña entonces se sentó en medio de la calzada, que era de piedra, dura, gris y a veces transparente cuando la lluvia la regaba, y empezó a rebuscar con cierto gesto compulsivo

Quiero ocultar mi rostro

Ella lo sabía. Sabía que él ejercía sobre su alma un poderoso influjo. Como la luna, que al aparecer, lo tiñe todo de plata. Y cuando se oculta deja una sensación de vacío difícil de explicar. O como el sol, que cubre de la pátina de la verdad las cosas de cada día. Y, si no está, se espera a que amanezca, en ese rito diario de la realidad que no queremos eludir. Esa mezcla de necesidad y dolor era él para ella. Y ella lo sabía. Las mujeres hablaban mal de él. Le adjudicaban maldades que a cualquiera hubieran derrotado. Pero él ejercía de misógino, de prepotente y de narcisista. Y esa asunción de sus defectos lo redimía de todos ellos.  Y ahora ella sentía que, para todo, era demasiado tarde. Ya no tenía la edad precisa para enamorar. Ya podía pasear por la calle sin que los ojos de los hombres la siguieran. Ya no estaba en el tiempo de los sueños. Solamente alguien que la hubiera querido desde siempre, sentiría hacia ella la mezcla de pasión y deseo que se llamaba paraíso. A

"Born to Run" Memorias. Bruce Springsteen

Siete años ha tardado Springsteen en escribir esta Autobiografía que acaba de publicar en castellano Literatura Random House con una traducción de Ignacio Juliá. Voluminoso libro de casi seiscientas páginas que el Boss dedica a Patti, Evan, Jess y Sam y que se acompaña de fotografías de su álbum familiar.  Él mismo cuenta, en el capítulo de agradecimientos, el proceso de la escritura. Sin prisas y sin presiones. Organizada la estructura en Libro I, Libro II y Libro III, la historia comienza en su calle y su casa para terminar en los escenarios. La narración está pormenorizada, detallista, llena de notas de color, pero también es intimista, porque no solamente cuenta lo que pasa, sino cómo lo vive, cómo lo siente y plantea. Es muy curiosa la manera en la que el artista aparece como un tipo trabajador, dedicado a lo suyo con pasión y notablemente exigente y lleno de expectativas. Lejos de destacar los momentos de glamour y de gloria, se hace hincapié en lo otro, en el esfuerzo, el

Así que el tiempo se encargue de borrarte

(Pintura, Ramón Casas)  He abierto las ventanas y un aire húmedo y frío se ha colado en la casa. Los manojos de flores se escondieron y los jarrones tienen un perfil de vacío acompasado. La música cesó. Se pararon los llantos. El silencio ha encontrado su sitio. Así está todo: tibiamente perdido.  Si la lluvia lo arrasara todo, si limpiara mi corazón de ti. Si me dejara libre, sola, sin esa opresión que me traes y que nunca se marcha. La lluvia que corre de ventana a ventana, la lluvia que quiero sentir dentro, para no conservarte en ninguna memoria.  Hay un torrente de besos que nunca se han besado, una huella de manos que se alejan de mí. Este viento de la mañana tendría que convertirme en estatua de sal, borrar los sentimientos, borrarte, sin esperar a que el tiempo se encargue de convertirte en un mal sueño. 

La quietud invadida

(Claude Monet: Impression. Soleil levant) El sol, que esta mañana llameaba con la fuerza de un otoño aburrido, acaba de marcharse. Se ha cansado de ver cómo la plaza se abandona a su suerte en el almuerzo y los niños se esconden y los viejos marchitan su esperanza de más tiempo para verlos jugar. El sol, que ahora no existe, anunció de temprano que tú la contemplabas con el ardor de un hombre que desea, con la mirada fiera de quien busca su rato de belleza, su palabra precisa en la ternura. Ese sol, que despunta, que intercala sus rayas con las nubes que quieren su parte del pastel, es el mismo que ella contempla desde el fondo de un silencio más claro. No estás. Decidiste que el tiempo se llenara de otras, de cuyas voces no tenemos noticia, de cuyos cuerpos desconocemos el aire y la distancia. Te marchaste con otras para ver si la dicha retornaba a tus ojos, para encontrar la huella de la carne, para ahondar en el secreto de un amor imposible. Ella quedó a la espera. Pero nad

"La resistencia íntima. Ensayo de una filosofía de la proximidad" Josep María Esquirol

El último Premio Nacional de Ensayo corresponde a un libro “pequeño”, que no intenta abarcar el universo sino el adentro, el interior, lo que ocurre tras nuestros propios visillos. Cuidarse a uno mismo, entender lo que somos y el motivo último de nuestra actuación, acercarse a los otros alumbrándolos, empatizar con el de enfrente y no solo con el de al lado, trazar un camino posible, factible y necesario…todo ello surge natural de las páginas del libro, que lees a modo de interesante discurso natural que surge del sentido común, aunque esté lleno de referencias y de referentes.  La definición de “resistencia” ocupa las primeras páginas. Es una resistencia que no debe confundirse con ocultación, con lejanía, con oscuridad, sino, al contrario, con un hallarse a sí mismo con la idea de que ese hallazgo nos aporte claridad y que esa claridad pueda ser compartida. A continuación, la vida cotidiana aparece como el marco ideal en el que esa resistencia puede tener sentido, como el lu