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Una ciudadana ejemplar

A veces tiene uno que vivir en primera persona las experiencias más duras para entender algunas cosas. No es ningún consuelo, desde luego, al contrario, revela la dureza de la vida, cómo te zarandea, te cambia la mentalidad y te convierte en alguien que no eres. O que no pensabas que eras.  Lidia Chukóvskaia y su marido, el físico, Matvéi Bronstein, eran del Partido. Ambos creían que sus postulados y sus acciones estaban encaminados al bien común. Así, hasta que se dieron de bruces con una realidad incuestionable: Matvéi fue apresado y ejecutado en 1938, aunque la versión oficial decía que estaba deportado y sin derecho a comunicación. Lidia Chukóvskaia vertió su sufrimiento y su incredulidad de la forma en la que sabía hacerlo, a través de la escritura. Era hija de escritor y, le misma, novelista, poeta, editora y crítica de libros.  Una ciudadana ejemplar que había cumplido hasta entonces con la fidelidad debida a un régimen y a un estado de cosas. De buena fe, seguramente.

El diario de Bridget Jones...A vueltas con Jane (Austen)

I like you very much, just as you are.  ¿Quién no querría sentirse amado tal y como somos?  "No creo que seas idiota. Bueno, sí que hay ciertos aspectos ridículos en ti, tu madre es muy interesante. Y realmente eres una oradora terriblemente mala. Y sueles soltar lo primero que te viene a la cabeza sin tener en cuenta las consecuencias. Comprendo que cuando nos vimos en el bufé del Pavo al Curry estoy imperdonablemente grosero y llevaba un jersey que mi madre me había regalado el día anterior.  Lo cierto es que, lo que intento decirte, con mucha dificultad, es que, en realidad, y tal vez a pesar de las apariencias, me gustas   muchísimo "  " ¿A pesar de que fume, de que beba, de que tenga una madre vulgar y diarrea verbal?..." " I like you very much, just as you are" "Me gustas muchísimo, tal y como eres" Esta escena crucial del "Diario de Bridget Jones" en la que se encuentran, al pie de una escalera, t

Misteriosa noche de Reyes

A la niña le dijeron que esa noche había que acostarse muy temprano. No era demasiado obediente pero, en este caso, tuvo claro que era mejor meterse en la cama. No supo cuánto tiempo permaneció dormida hasta que unos ruidos extraños la despertaron. Parecían crujidos. Misteriosos crujidos, pensó. Porque la niña era muy dada al misterio y todo lo tildaba de misterioso a poco que fuera algo raro. Como si alguien estuviera pisando el suelo de madera del cuarto de juegos de los niños. Ese suelo que habían colocado allí cansados de que todos anduvieran descalzos. Niños descalzos y resfriados eran ecuaciones fijas, así que pusieron ese suelo y parece que, hasta el momento, había dado resultado. Los crujidos eran irregulares, a veces se oían más y otras veces era difícil percibirlos con claridad.  Iban acompañados de unas ráfagas de polvo blanco que parecían entrar por debajo de la puerta. Todavía más misterio, pensó. Estaba terminantemente prohibido moverse de la cama, pero ella, cuando

"Emma" de Gwyneth Paltrow

El Año de Emma en este blog se dedicará a comentar las adaptaciones cinematográficas o televisivas de "Emma". Y no es empeño menor, habida cuenta de que son muchas, variadas y diferentes en su calidad y en su estilo. Sin orden cronológico, ni otro criterio más allá del vaivén personal de quien esto escribe, vamos a acercarnos a la forma en que los creadores audiovisuales han entendido el libro, lo han interpretado y hecho suyo.  Así, en 1996 el director Douglas McGrath realiza "Emma", cuya protagonista, Gwyneth Paltrow tuvo que comenzar por hacer el esfuerzo de hablar inglés inglés y no inglés americano. Parece que lo logró y que ese aprendizaje le serviría después para la galardonada "Shakespeare in love" por la que ganó un Óscar de la Academia. El físico de Paltrow está muy ajustado al de Emma, según la somera descripción de la autora de la novela, Jane Austen, que no era propensa a perder el tiempo haciendo descripciones ni de paisajes, ni de es

Qué es "El Año de Emma"

Decir que Jane Austen es una de mis autoras de cabecera sería quedarme corta. Es mucho más. Es un modelo de escritora al que seguir. Es la persona que ha creado un mundo ficticio en el que me sumerjo de todas las formas posibles y que me hace feliz. Es alguien que imaginó personajes, situaciones, momentos... y que les dio forma magistralmente, como solo un verdadero talento puede hacerlo. Un talento oculto. Porque, aunque ahora nos resulte difícil de entender, no llegó a ver firmadas ninguna de sus obras. No. Todas eran anónimas o aludían, sencillamente, a "Una dama" o "Del autor de...". Eso me parece tan triste...Porque la autoría es lo que le queda al artista cuando todo lo demás deja de existir. Afortunadamente la posteridad le ha hecho justicia y por eso nos han llegado sus obras, en múltiples ediciones y formatos, incluido el musical o el visual. Jane Austen ha creado todo un mundo con sus novelas. Y lo hizo sin grandilocuencia, desde la pequeñ

Los libros que vienen

Entre los augurios del nuevo año siempre aparecen noticias sobre las publicaciones que verán la luz, la mayoría de ellas, si no todas, obras de escritores reconocidos que, por eso mismo, anuncian sus novedades y se presentan como reclamos editoriales. He repasado ya algunas de esas listas y señalado los libros que me pueden interesar aunque, a tenor de lo que ha ocurrido con mis lecturas en 2014, bien podría ser que las cosas fueran por otros derroteros.  Sí, porque en 2014 el libro que más me ha impresionado, el que me ha permitido descubrir a una excepcional escritora, ha llegado a mí por casualidad y debido a mi olfato lector, el que hace que, buscando entre las estanterías de una librería o entre un escaparate virtual, sea capaz de distinguir algo que me va a gustar. Esta escritora es Edna O´Brien y el libro se llama "Las chicas de campo", publicado por ErrataNaturae. Extraordinaria descripción de unos personajes, de una historia, que, en su cotidianeidad tiene la ma

Recorriendo la ciudad...

Por cuestiones que no vienen a cuento, hoy, día de diario, víspera de un puente, recorro la ciudad de un lado a otro y observo lo que pasa en ella. Uso la mirada de quién acaba de aterrizar en el aeropuerto procedente de otro país, o, también, de alguien que vuelve de un largo viaje. La mirada del que ve las cosas por primera vez. Aunque no es cierto, y no sé si el cerebro se dejará engañar por esta intención literaria. Como ocurre con todas aquellas personas que nos dedicamos a escribirlo todo, a escribir siempre, a no dejar de escribir, vivo la mañana y la voy relatando al mismo tiempo, así que ahora ya no podré distinguir lo que viví y lo que pensé mientras lo hacía. Las palabras se han colocado en el lugar exacto de las vivencias. Es así.  El autobús lleva muy poco gente. Nadie se saluda, nadie se habla, todos están ocupados en hablar con alguien que no está a su lado, a través del móvil. Algunos esperan serios que llegue su parada. Pero no hay ningún movimiento para acercar

"Platero y yo"...y yo

No sé si en algún lugar de este blog he escrito algo sobre "Platero y yo", pero da igual. Porque podría dedicarle muchas páginas, porque hay muchos recuerdos, muchas vivencias enhebradas a su lectura. En todo caso, como las efemérides han de servir para renovar en nosotros el deseo de leer, aprovecho que se celebra estos días el centenario de su publicación para escribir de ese libro, mal llamado de niños, que tantas veces he leído, oído y escrito. En mi colegio se usaba "Platero" para hacer dictados. Páginas enteras del libro las conservo en mi memoria, porque yo también he utilizado esas pequeñas historias, esas imágenes impresionistas, para trabajar de mil y una formas. He sentido que "Platero" es una cumbre de la poesía, sí, de la poesía en general. No es solamente prosa poética, es poesía en prosa, que va más allá. Algunos de sus pasajes tienen un nivel tan alto de emoción que te producen sentimientos encontrados, sensaciones que no puedes desc

Miénteme...

Miras hacia arriba y las luces te deslumbran. Miles de bombillas formando dibujos, cruzándose, como si fueran mosaicos romanos, lacerías árabes, como si fueran un bordado en seda, tejido con manos cuidadosas. Resplandecen los árboles de la inmensa avenida, cuajados de pequeñas estrellas, como si hubieran nacido flores luminosas, una floración extraña en el invierno.  Te esperaba al pie de la estación. A lo lejos distingues su figura. Su aspecto, tan conocido, tan amado. Su sonrisa, anunciándose anticipadamente, una sonrisa abierta hacia la espera. Distingues sin oírla su voz. Esa voz que no parece cambiar a pesar de que el tiempo pasa. Una voz que dice cosas que te estremecen. Que nunca te hiere. Que siempre te consuela. Ves el movimiento de sus manos, ese gesto especial de descansar en ellas la barbilla, esa forma de tomarte de la cintura, de sujetarte la cara mientras te besa...Esas manos... La risa os ha mezclado en un suave vaivén y las palabras se amontonan...hay tanto qu

Soledades

A veces lees un poema y entiendes el significado exacto de las palabras. El poeta las escribió y tú las recibes como si hubieran sido escritas para ti, incluso como si tú las hubieras escrito. En ocasiones paseas por una ciudad y sus calles, sus edificios, están llenos de una pátina especial que te llama a entenderlos, como si tu itinerario sentimental se escribiera de la misma forma que se trazaron en su día las líneas, los recovecos, las cuestas, de su topografía. También puede ocurrirte con una película. Las imágenes se enlazan entre ellas y se introducen dentro de ti, en tu cabeza, en tu corazón, creando una simbiosis perfecta, con un lenguaje propio que tú conoces y que tiene las claves de tantas sensaciones que te resultan imposibles de explicar...Nadie, salvo tú misma, entiendes el motivo de esa identificación que se abre paso a veces... Confieso que me gusta Hopper y que su pintura me lanza una llamada, un hilo de mensajes, como si fuera una red social que te pregunta, que

Cuentos para mi niño: El mago despistado

Dedicatoria: A Antoñito, el chiquilín El mago Oz vive en el pueblo de Lión. Su casa es verde, su nariz es verde y su risa es verde. Oz hace magia pero siempre se equivoca. Hace trucos muy raros. Se confunde con la varita mágica.  Un día se topó con un grillo. El grillo le pidió un favor. Quería ir a la Luna. Pero no sabía nada de cohetes. Oz le dijo: No te preocupes. Te daré un golpe de varita. Pero la varita se equivocó y mandó al grillo a un árbol del parque.  Oz decidió construir un cohete. Cogió una lata, un palo y dos cajas viejas. Lo tocó todo con la varita ! y apareció un despertador !. Dio otro golpe y salió !un pato amarillo! Luego otro y apareció !un bebé de gorila! Oz se echó a llorar.  Fue a visitar al viejo dinosaurio del valle. Se llamaba Arisauro. Este le animó. Arisauro era viejo y listo. Se puso a dar clases de magia a Oz. Le enseñó a mover la varita: !Arriba! !Abajo!  !Rápido! !Despacio! También le enseñó a hacer pócimas: la póc

Cuentos para mi niño: El ratón Fiti

Cuando mi hijo era chiquito yo le escribía cuentos. En unos cuadernillos de cuadros que confeccionaba y cosía le contaba historias simpáticas de animales y personajes curiosos. Las cosas que a los niños les gustan. A mi hijo le gustaban y le gustan todavía los tebeos de Mortadelo, las historias de Tintín, los Astérix y otros cómics. Seguramente todo empezó con esos cuentos escritos a mano por mí y que ahora transcribo: El ratón Fiti Dedicatoria: A Antoñito, pitufito " H abía una vez un ratón. Se llamaba Fitipaldi. Era un ratón muy veloz. Sus amigos lo llamaban Fiti.  El ratón Fiti vivía en un pequeño pueblo. Allí las casas eran muy chicas. Pero Fiti vivía en un caserón.  ¿Sabes qué es un caserón? Pues sí, eso, una casa muy grande. Allí Fiti no vivía solo.  En el caserón vivían también dos hombres. Uno de ellos era bajito y con bigotes. El otro era alto y flaco.  Un día hubo un lío gordo. El ratón se comió el queso de Gus, el bajito, y se bebió el zumo de Abo,

Noviembre

La ciudad no sabe lo que quiere. Los vientos, la lluvia, las tormentas, el sol, la tienen desorientada. Se ve a sí misma como una enorme masa de desconcierto. Está esperando que ese vaivén se convierta en remanso, en un río que transcurra seguro y cierto, en una atmósfera única, que la envuelva sin cubrirla de la neblina molesta de los días grises del otoño. A veces, se abre como una flor, como un corazón que esperara la llegada de un amor tardío. En otras ocasiones, se muestra huidiza, esquiva, oculta de sí misma, oculta de todos. Son esas tardes en las que cae la noche de repente, sobre los puentes quizá, o en las calles del centro, oscuras, quietas, imperceptiblemente solas. También tiene mañanas esplendorosas, amaneceres llenos de una belleza fría, inigualable, abrupta. Una belleza que no plasma siquiera la verdad porque es imposible captarla. Los edificios se levantan y desperezan, bajo un sol duro de otoño del sur y luego la gente ocupa las calles, recorre sin cansancio los días

Rosas y un piano

Escuchas la música y hallas algo diferente, o quizá no, quizá es algo presentido, algo que estaba dentro de ti y no lo sabías. La música es el último escalón que puedes ascender si tu corazón se ha detenido en un momento exacto de la vida, cuando parece que todo te ha dado la espalda. La música te invade, te recuerda, te ancla en un pasado que no puedes recordar, no, ahora no, ahora es imposible. Todas las músicas que te ocupaban se han marchado. Las que oíste en cada uno de esos momentos que no puedes rememorar todavía, que esperan silenciosos a que sea el momento del recuerdo sereno, el tiempo en que las esperanzas puedan desplegarse, el segundo exacto en el que revivirás a una primavera que se escribirá de otra forma distinta.  Pero otras músicas, otros silencios, otros sonidos, van a llegarte de mil maneras. Alguien te dirá un día, ni siquiera sé cuándo ni por qué medio, que hay una canción que atraviesa su alma y la lleva a un lugar especial, en el que todas las cosas son pos

Ese cielo tan gris y esas palabras...

Ha ocurrido de pronto. Como si alguien hubiera decidido cambiar el decorado en una obra de teatro de esas que tienen pesados cortinajes y fondos de paisaje. El cielo azul y el sol han abandonado la tarde y, en su lugar, una suave neblina gris y rosada ha ocupado su sitio. Como en una obra de teatro, el aire se ha tornado del Sur, ha barrido con su fuerza las hojas caídas de los árboles de la plaza y todo se ha cubierto de sigilosa espera. Está a punto de llover. Alguien dice, al fin ha llegado el frío, ya estábamos cansados de tanto calor. También el buen tiempo cansa. Pero los niños se han quedado tristes en las casas, esta tarde no han salido a jugar. Aquellos niños...recuerdo la casa llena de niños y de juegos. Jugar a hacer teatro era bonito. Tendíamos una tela llena de rosas y era el fondo. Salíamos de una y otra habitación, recitábamos poemas, decíamos versos, contábamos historias, inventábamos personajes, aprendíamos enteros los pasajes de las obras de teatro que nos gusta

Ángel Vela vuelve a Triana

En realidad, no se ha ido nunca. Pero la recrea como si la encontrara por primera vez, como si se asombrara, como si fuera un descubrimiento. Ese asombro nos llega a los lectores y así recorremos las páginas de sus libros como si fuéramos de Wisconsin y acabáramos de aterrizar en la calle San Jacinto. Pura revelación.  Lleva ya tiempo, mucho tiempo, indagando en el ser de Triana. Se ha convertido en uno de sus fieles paladines, en un caballero que la recorre atónito y que plasma en el papel esa experiencia. Todos y cada uno de los aspectos que en Triana pueden considerarse literarios o plásticos han ido pasando por el filtro de su escritura. La hazaña flamenca ha ido a la par. En un momento dado, Ángel Vela decidió aportar su esfuerzo al conocimiento cabal de la Triana más flamenca, la de los flamencos de Triana y en Triana. De esa forma, cuando pasen los años y los lustros, cuando el tiempo nos cubra, habrá una forma esencial de conocer este pasado y esta realidad de ahora,