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Reinventando el flamenco

            Al final de la Guerra Civil, cuando se intenta normalizar la vida en España, Manolo Caracol había dicho: “en la estampa escenificada está el camino”. Ese camino alejaría al flamenco de las malas condiciones en que estaba cuando el artista tenía que subsistir a base de asistir a fiestas que duraban hasta las tantas y por las que te pagaban una miseria…o, a veces, ni eso. Mitificaron las fiestas quiénes no sabían lo que era quedarse dormido con el hombro apoyado en una mesa de madera pegajosa de vino. Los que no sabían que el cantaor o el guitarrista pasaban días y días metidos en el cuarto sin ver a sus hijos.   También había quién tenía “síndrome de Estocolmo” y hablaba de “señoritos buenos y señoritos malos”. Decidido: Manolo Caracol (no sólo él, pero sobre todo, él), tuvo claro que el teatro, el auditorio, la plaza de toros, la plaza del pueblo, tenía que seguir acogiendo al flamenco tras el paréntesis de la guerra, y aún más: que el flamenco podía tener argumento, que

Un ramito de ternura

La niña no quería dormirse. Luchaba una vez y otra contra el sueño. El sueño era silencioso y oscuro así que la niña prefería la claridad del día, las horas tiernas de la siesta, las mañanas resplandecientes, los ratos de sol y de charla…La niña esperaba la noche para no dormirse. Entonces inventaba una retahíla de canciones, de dichos y refranes, de oraciones antiguas aprendidas junto a la lumbre. La niña recitaba sus oraciones y hacía sus preguntas en medio de la oscuridad, cuando todos los ojos estaban cerrados, todas las puertas entornadas, todos los cuerpos cansados y dispuestos a aguardar la llegada de otro día.   Entonces ella comenzaba su hilera de palabras repetidas:   …buenas noches… …hasta mañana si Dios…quiere …que sueñes con los…angelitos …ya estoy dormida …y ya no hablo más   Así, un día y otro, una noche y la siguiente, de manera que se abría el telón cuando los cuerpos iban a quedarse aletargados, esperando el nuevo día. La niña así, comenzaba

Calle Carraca

Si hubieras conocido mi calle de la infancia y la vieras ahora, no la reconocerías. Entonces tenía un pavimento de piedras planas, que obligaba a los coches a circular despacio y a los ciclistas a tener mucho cuidado para no saltar en el sillín. Era una calle ancha y muy larga, al menos así la veía yo. Tenía siempre el sol en lo alto y, desde las azoteas, se divisaban las salinas, las huertas. Pero no se veía el mar, que anduvo muchos años secuestrado, escondido, a pesar de ser una isla. Sin playas, sin paseos marítimos, sin el horizonte azul, sobrevivimos muchos años viendo únicamente el mar a uno y otro lado del istmo.  Mi calle, de las más populares de un pueblo con aires de ciudad bastante elitista, iba desde la plazoleta de las Vacas a la carretera que conducía, por un lado, a la estación del tren; por otro lado, a la Bazán y a Carlos III y, siguiendo a la derecha, a la salida del pueblo, a la Venta de Vargas, hacia el Puente Zuazo, al cruce de Tres Caminos desde el que se va a C

Baeza

Todos los perros ladran al anochecer Así que eso era todo: decir adiós sin más, sin otra explicación que el cansancio del tiempo. Nada de aquella chica rubia, nada de aquellos ojos verdes, nada de mi mirada triste, nada de mi cansancio, nada de mí...No tuviste piedad y tuve que marcharme, oírte era un imposible sufrimiento. Dejar atrás el mar, dejar la infancia, dejar la casa, dejar el corazón, dejarlo todo… Ahora sé que mi cura no vino únicamente por las voces amigas o por la edad (tan sólo veinte años). Fue la quietud del campo, las luces de neón abandonadas, el suelo, tenso y tibio, el calor, las noches bañadas por un silencio fijo. Baeza me recibió como si yo misma fuera Machado, como si hubiera perdido a Leonor, como si tuviera que marcharme al exilio, como si mi madre preguntara entrando en la ciudad: "¿Llegaremos pronto a Sevilla?". Baeza abrió los brazos y entendió que llorara una semana entera, los siete días primeros de mi estancia, porque el amor se iba y y

Valborg

Se llamaba Valborg y la encontraba, irremediablemente, cada día laborable de la semana, de seis a siete. De todas las amigas, una pandilla de chicas rubias, hermosas, educadas, sólo la recuerdo a ella; sólo recuerdo su nombre, su presencia nunca vista. El descuido de su traje y de sus manos sucias me atraía mucho más que cualquier virtud del resto de sus compañeras. Ese extraño mechón de pelo a medio peinar, sus feos zapatos desabotonados, el rabillo del ojo insistente y provocador… y su casa, su destartalada casa, llena de hermanos, de una madre displicente que preparaba el desayuno con un libro en las manos, de un padre siempre sumergido en la contemplación de las miles de posibilidades de enriquecimiento rápido que proporcionarían sus últimos e infalibles inventos.             Todo lo que era y sentía Valborg me producía ternura y llegué a quererla a pesar de que nunca ví su rostro, de que sólo la imaginé en sueños, a pesar de que era un ejemplo de lo que no debíamos ser.

Una cesta de ilusión: La tienda de Celestino

La tienda de Celestino era un hervidero de gente los días previos a la Navidad. Casi toda la calle venía a hacer sus encargos para que, cuando a los niños les dieran las vacaciones en el colegio, en las casas no faltara de nada. Bueno, en realidad resulta inexacto usar la expresión “toda la calle”. Habría que especificar “casi toda”, exactamente la mitad de la calle que pertenecía a su “jurisdicción”, porque la otra mitad compraba siempre en la tienda de Cesáreo. Ambos eran montañeses, rudos, un poco avaros y con enormes bigotes. Pero Celestino era de carácter más abierto y contaba de vez en cuando chistes sin gracia, mientras que Cesáreo estaba siempre enfadado con el mundo. Luego se demostraría que tenía motivos para ello.  Nosotros comprábamos en la tienda de Celestino porque estaba justo enfrente de la casa, de nuestra casa. Cruzar la calle y ya está. La calle, empedrada y lenta para los coches, pero una delicia para los niños, porque allí se estaba en la gloria. Cru

"Las leyes de la frontera" de Javier Cercas

En las vísperas de las elecciones presidenciales en EEUU, el primer martes después del primer lunes de noviembre, os cuento que empecé hace unos días a leer el libro de Javier Cercas que aparece reflejado en una imagen de la columna lateral de este blog. Ya sabéis, su último libro hasta el momento, Las leyes de la frontera. Tengo que confesaros una cosa. He comprado el libro porque el autor es Javier Cercas. El tema, a decir verdad, no me interesa mucho. Lo referente a la Transición sí, pero eso de que trate de adolescentes que se dedican al robo en un ambiente marginal de Gerona, pues como que no me resulta atractivo, la verdad. De Javier Cercas he leído con entusiasmo Soldados de Salamina y, sobre todo, Anatomía de un instante, este sí, Transición en estado puro, por lo que comprar este nuevo libro entra más bien en mi costumbre de leer todo lo posible de un autor que me gusta como escribe. Y a fé mía que, sin interesarme el tema y sin atraerme los personajes, pero n

Retrato de Tosantos

Has llegado de noche. En la entrada de la casa, en la casapuerta, has colocado con sumo detalle un gran cesto. Luego has cerrado la puerta de la calle, el portón y has accedido al interior de la casa. En el comedor estamos todos esperando, todos los niños en esta víspera de fiesta que nos encanta. Tu llegada nos ha traído la tradición de cada año en forma de cesto lleno de castañas, nueces, piñones, peros, granadas y una gran caja de huesos de santos, encargados días atrás en la pastelería que nos sirve siempre todos los dulces. Hace un rato hemos estado en la calle, en el mercado, en la plaza nueva, viendo los puestos adornados con toda clase de artilugios, los pollos y los conejos disfrazados, las frutas engalanadas, como si fuera Navidad. Había tanta gente...Entre la gente hemos reconocido a nuestros vecinos de la calle, a Manolita, a Isabel, a Andrés, a Trinidad, a Antonia, a Lucía, a Encarna, a Margot. Y también los niños, Paqui, Mame, Luci, Antoñito, María José, María Luisa, Paq

Un premio para Laura

Laura Gallego García es una de las autoras más seguidas y admiradas por los niños y jóvenes, aunque sus libros los lee toda la familia. Proporcionan diversión, fantasía, buenos momentos...Nos trasladan al mundo de la imaginación, ese mundo que nunca debemos perder. Nuestros niños se quedan embobados con las historias que cuenta y con sus personajes inventados y sus historias. Con su último libro "Cuando los árboles cantan" ha ganado el Premio Nacional de Literatura de Infantil y Juvenil 2012, un premio muy merecido del que nos alegramos todos aquellos que la seguimos y valoramos. He aquí una reseña biográfica de esta autora: Laura Gallego García nació el 11 de octubre de 1977 en Quart de Poblet (Valencia). A los once años comenzó a escribir con su amiga Miriam, la que sería su primera novela sin publicar, Zodiaccía, un mundo diferente (disponible en su página web). Su primera novela publicada fue Finis Mundi (1999), seguido por títulos como Mandrágora (Editori

Bette

(Preciosa foto de Bette Davis cuando era una aspirante a actriz) Confieso que el cine me salva de las horas más bajas y reafirma mi alegría en los tiempos mejores. Estos días he vuelto a ver "Eva al desnudo" esa magnífica película de Mankiewick con la gran, gran , grande Bette Davis, seguramente la fea más hermosa del cine. Su biografía personal y profesional es un ejemplo de superación, de confianza en sí misma, de voluntad... Algunas de sus películas están en mi retina desde siempre. Su cine es de arte con mayúsculas.  "Jezabel", "La carta", "La loba", son, junto a "Eva al desnudo" las películas que más me gustan de las que hizo en su larga carrera. De vez en cuando las veo y siempre es un disfrute. Querida Bette...

Soberbia y humildad

Todas las personas que se perciben a sí mismas como un compendio de defectos y virtudes, en variable proporción, saben lo que es el agradecimiento. Hay un refrán que a ello se dedica: "De bien nacidos es ser agradecidos" Cuando te otorgan un premio, una distinción, lo primero que tiene uno que saber es que, probablemente, hay mucha otra gente que también lo merecía y, lo segundo, agradecer el galardón a aquellos que te lo conceden. Rechazar un premio es de mala educación. Pavoneares de ese rechazo es, además, signo de petulancia  y de engreimiento. Los engreídos no me gustan. Prefiero la sensatez discreta de los talentos verdaderos. Javier Marías no es un autor que me guste. Lo mejor de "Los enamoramientos" son las primeras cinco páginas, el resto me sobra. Yo nunca le hubiera dado el premio nacional de Narrativa. Y, por lo que se ve, he acertado. La cara de esa actitud soberbia y engreída de Marías la han puesto los premiados con los premios Príncipe de Astur

Notición: Vuelve Manolito

(Noticia tomada de Canarias7.es) Elvira Lindo lanza en noviembre "Mejor Manolo", el regreso del inimitable Manolito Gafotas después de diez años, según ha anunciado hoy en su blog la escritora, que confiesa: "`Espero que os haga tanta ilusión como a mi!". Manolito Gafotas nació como personaje radiofónico en 1988, y posteriormente saltó al mundo literario con el primer libro de la saga, "Manolito", en 1994. A éste siguieron seis más, todos ellos ilustrados por Emilio Urberuaga: "`Cómo molo!: Otra de Manolito Gafotas" (1995); "Pobre Manolito" (1996); "Los trapos sucios de Manolito Gafotas" (1997), Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil; "Manolito on the road" (1998); "Yo y el imbécil" (1999); y "Manolito tiene un secreto" (2002). La ingenuidad crítica con la que Manolito Gafotas, un niño de clase media trabajadora del madrileño barrio de Carabanchel (Alto), des

Los niños del último banco

Los niños del último banco Quién encierra una sonrisa Quién amuralla una voz…   (M.H.)   Hubo una vez un poeta que escribió: “Cuando yo era niño, era invisible. Era uno de esos niños en los que nadie repara, a los que nadie escucha ni oye, uno de esos niños que nunca tienen sobresaliente, ni diplomas, ni premios escolares. Era uno de esos niños del último banco que molestan porque no existen”. El poeta escribió esto porque era diferente a otros niños, lo mismo que fue diferente cuando se hizo adulto. A veces la diferencia constituye una muralla insalvable entre las personas. El poeta, de niño, como todos los niños, detectaba con claridad que no tenía sitio en el conjunto del aula, que no tenía amigos y que no hallaba lugar donde expresarse. Por eso, cuando creció, decidió escribir versos y publicar libros, aunque esto es algo que no todos los niños invisibles pueden lograr.   Resulta que, en las escuelas y en los institutos, tenemos niños de esos. Pasan de curso en

Preciosos libros

Octubre llega lleno de nuevos y bonitos libros. Son diferentes, tienen temáticas variadas y hay para todos los gustos. Algunos se dedican expresamente a los jóvenes, que son un público ávido de emociones, cuando se produce el milagro de que se conviertan en lectores habituales. Otros están avalados por algún premio, aunque sabéis que eso de los premios a veces encierra tales intríngulis que es mejor no pensarlo. Por otra parte, están también los que tienen unas portadas tan sugerentes que resulta difícil no comprarlos y leerlos. No todos podrán caer en nuestras manos y, salvo que hubiera cerca de casa una biblioteca de esas que se ven en las películas americanas, llenas de novedades, se quedarán sin leer. Pero, al menos, os iré trayendo a este blog la reseña de los que sí lea y también las portadas de muchos. Quién sabe si, al verlas, os sentiréis atraídos por bucear en su interior y los buscáis por ahí hasta tenerlos en vuestras manos. En todo caso, esas portadas que he elegido s

Mi Triana

Cuando piso tu suelo cada tarde; cuando recorro entera palmo a palmo tu amada geografía; cuando grabo en mi oído los sonidos que son tu santo y seña; cuando te pienso; incluso cuando, desde muy lejos, recuerdo tu silueta, tu gesto y tu desplante. Siempre en todo momento estás dormida. ¡Cuánta gente te quiso! Escribieron tu nombre sin pereza, esperaron al lado de tu lecho, princesa de ojos grandes, surcada por las aguas de este río, el que sembró de versos el poeta más romántico antes de encaminarse hacia lo oscuro. Siempre duermes. Desde hace muchos años, espero que despiertes, que abras los ojos al tiempo que vivimos, que nos ofrezcas tu mejor perfil, tu cara animosa, tu palabra valiente. Pero no te despiertas, no lo haces. Te amenazan las grúas, se pierden los proyectos y nadie sabe dónde. Se olvida tu pasado y no hay ningún futuro que pueda avistarse entre tu cielo. Estás abandonada. Estás sola. Dormida. Espero que despiertes. No es posible que tanto dure un

Nora

Abro una de las estanterías de cristal de mi biblioteca, todas ellas de color rosa palo, y encuentro este libro: "Casa de muñecas", leído tantas veces y escrito por Henrik Ibsen. Es una edición gastada, de bolsillo, de la editorial Novelas y Cuentos. En la contraportada aparece el autor, en su madurez, con poblada barba negra. La edición se hizo con motivo de los cien años del estreno de esta obra de teatro que supuso, como dice el librito, la consagración de Ibsen como dramaturgo. Ahora me viene a la memoria que he leído muchísimas obras de teatro. Creo que había una colección que se llamaba así, Teatro, y que contenía todo lo clásico y lo contemporáneo, tanto de escritores españoles como extranjeros. Ya no conservo esos libritos, salvo, seguramente, uno de ellos, "Llama un inspector" de Priestley, una de mis favoritas entre todas las obras que leía. Me gustaba mucho leer teatro, aunque ahora no suelo hacerlo. José Luis Sordo, mi amigo del Club Mente Joven y del

Un paseo por la ciudad de los sueños

  Para Antonio Lobato, mi amigo desde siempre La plaza de San Antonio ha recibido nuestra llegada esta mañana y allí hemos recalado para buscar libros y patear librerías. Primero, en Quorum, en la calle Ancha, he encontrado una edición preciosa, de la editorial Alba, de mi libro favorito "Orgullo y prejucio". ¿Otra vez este libro? me han preguntado. También allí he hallado una edición de bolsillo pero bien hecha y con letra aceptable de los relatos completos de Virginia Wolf y otro libro curioso, el que PDJames ha hecho como continuación supuesta de "Orgullo y prejuicio" y que habla de asesinatos en Pemberley (que no, Manderley). En la librería de la plaza Mina "Manuel de Falla" he comprado una edición muy bien hecha, bonita y cuidada, de las Memorias de José Moreno Villa y ya he empezado a leerlo, entrando de cabeza en el mundo de la Edad de Plata, esa época que me fascina. Platón nos ha salido al paso, porque el chaval de la casa lo lee ahora co

La ciudad dormida

Esta entrada va dedicada a mi amiga Carmen Cuesta El profesor Fesquet y su esposa Marie acaban de llegar a Sevilla. Ellos vienen de Nimes, en el sur de Francia y, como muchísimos nimeños, son grandes aficionados a España, a los toros y al flamenco. También son cultos, grandes lectores de nuestro siglo de Oro, cinéfilos y amantes del Arte. Hacía muchos años que no venían a Sevilla, en concreto, desde el año de la Expo, 1992, por lo que su llegada estos días ha sido, para mí, un termómetro sobre el estado de la ciudad vista por ojos foráneos y objetivos, lejos de las disputas recurrentes entre las distintas visiones que son el pan nuestro de cada día. Después de recorrer la ciudad palmo a palmo, barrio a barrio, de norte a sur y de este a oeste, el profesor Fesquet y su esposa Marie han concluido que Sevilla está dormida. Como conocedores de los cuentos infantiles que a todos los niños nos han acunado desde antiguo, para ellos la ciudad semeja una Bella Durmiente que, por un extrañ

La educación, sí, la educación

El Presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ha manifestado que la mejor política económica es la que pasa por una buena educación. Los que, desde hace muchos años, trabajamos en esto, no podemos dejar de estar de acuerdo. No sólo la educación es la mejor inversión, sino que es la garantía de que la sociedad avance y los individuos tengan en su mano la posibilidad de ser felices. Porque una buena educación nos proporciona un puesto en la sociedad y una puerta abierta a los placeres del entendimiento. ¿Cómo puede lograrse que la Educación, ahora con mayúsculas, mejore de forma considerable en Andalucía? En primer lugar conociendo sus problemas de fondo. Problemas que van más allá de asignaturas concretas o de cuestiones laborales. Problemas que conciernen a la esencia misma del sistema educativo que, desde hace años, no responde a las necesidades de la sociedad a la que debe atender. Y se trata de una cuestión de sentido común, de conocimiento y de solvencia. El p

Ciudadano de primera

La plaza trianera en la que vivo se llena de agua cuando la lluvia cae con intensidad. El pavimento se cubre de enormes charcos, que con el sol parecen de oro y con la luna, de plata. Charcos que duran días y días, pues no hay ninguna máquina municipal, ningún servicio, que limpie la zona y la deje de nuevo abierta y seca para que los chavales jueguen en ella al balón, o correteen con las bicicletas y los patines.   Los días siguientes a la lluvia son especiales, porque, acostumbrados como estamos al sol y al buen tiempo, agradecemos esos tibios rayos que surgen en medio del nublado y no es raro ver a los niños con las botas de agua salpicando en los charcos de la plaza, saltando y cubriéndose las botas de tierra húmeda que la plaza va acumulando, a pesar de que es una plaza fría, una plaza como las del norte de Europa y no tiene albero salvo en una de las zonas. El resto es pavimento duro y parterres sobre los que hay, en ocasiones, perros, acompañados de dueños incívicos, que trot

Tanta gente...

Las noticias llegan por Internet, la radio, la televisión a veces...En las calles, en balcones, ventanas, quioscos, escaparates, ondea una bandera de España que anuncia la, quizá, futura victoria de la selección en el partido ante Francia. La Eurocopa nos une mucho más que cualquier otra circunstancia, más que la solidaridad, o la lucha por la libertad. Son cosas de estos tiempos y tampoco está mal echar un rato relajados, viendo u oyendo el fútbol, siguiéndolo por Twiter y comentando cosas. Las malas noticias, las noticias que tienen que ver con gente del pasado, son otra cosa. Ha muerto Juan Luis Galiardo de un cáncer galopante, de esos que no te avisan o lo hacen al final. Se han cumplido cien años del nacimiento de Alan Turing, matemático inglés que anticipó el fenómeno de la informática y que murió entre sufrimientos por la hipocresía moral de la época que lo condenó por homosexual. La ciencia contra la magia.

J´Acusse...!

Hablando de valentía y de gente que se enfrenta al mundo por defender su verdad, que resulta ser la verdad, he aquí el ejemplo de Emile Zola y su famosísimo artículo, en forma de carta al presidente de la República Francesa "J´Acusse...! El 13 de enero de 1898, en el periódico "L´Aurore", se publica la carta, que ocupa toda la portada y que relata los hechos que han conducido a la injusticia y que termina con sus célebres "Yo acuso..." dirigidos a cada uno de los participantes en la farsa. La publicación de esta carta, de este manifiesto, no es solamente un hito periodístico, sino una muestra de compromiso cívico, por cuanto, el firmante no conocía a los protagonistas del suceso y toma partido de forma pública con el único objetivo de defender la verdad. Algunas de sus afirmaciones se  mueven en ese sentido: En cuanto a las personas a quienes acuso, debo decir que ni las conozco ni las he visto nunca, ni siento particularmente por ellas rencor ni odi

Dedicado a vosotros

No lo he dicho todavía, pero lo hago ahora: Este blog está dedicado a vosotros. Se llama El Jardín de los Libros, por vosotros dos, papá y mamá. A tí, papá, te gustaban mucho los jardines. Nunca tuviste una casa con jardín, como soñaste, pero eras el alma del jardín de la comunidad, un jardín tan sencillo que tú cuidabas con esmero, porque te gustaba hacer cosas con las manos, arreglar cosas, preparar cosas y tus manos eran cuidadosas, limpias, serenas, firmes. Siempre recuerdo cómo eran tus manos, sobre todo aquel día, en que las pusiste encima de mi brazo y me dijiste "No te vayas", solamente unos días antes de morir. Y a tí, mamá, te gustaban los libros. Tendría que decir "te gustan", porque estás viva, pero son esa clase de vida que da el Alzheimer, la maldita enfermedad que te deja sumida en el silencio, que se ha llevado tu bendita vitalidad, tus bromas, tus risas y tu mal genio de algunas ocasiones. Los libros te gustaban, los leías y muchos de ellos est

La cara y la cruz

La señorita Marple decía siempre que la naturaleza humana es la misma en todas partes. Ella encontraba paralelismos de sus vecinos de Saint Mary Mead en todas las mansiones rurales de Inglaterra, a las que acudía invitada y en las que siempre descubría al asesino. Las situaciones de la vida, las que son complejas y las aparentemente sencillas, siempre muestran el heroísmo y la canallada, las actitudes honestas y las mediocres o pérfidas. Por eso, la señorita Marple , aunque era muy desconfiada, no quería decir que todos somos iguales, sino que en todas partes cuecen habas, es decir, que en todos los lugares del mundo hay gente mala y gente buena. También a nuestro alrededor. Esas ideas han ido dando vueltas en mi cabeza recientemente y, mira por dónde, este sábado, en el que suena el rumor del agua de la depuradora a dos pasos de donde escribo, me ha traído, en ese revuelto con espárragos que es Internet, una película que muestra la cruz de lo que ayer ví en otra película, e