Como la mayoría de vosotros he leído Ana Karenina muchas veces y siempre, al acabar de leerla, tengo la impresión de que algo se me escapa. Alguien se me escapa. Lo mismo me ocurre cuando leo otros libros, a Edith Warton, a Lawrence, a Clarín, a Jane Austen... Creo que esta mañana de sábado he entendido qué es aquello que aparece en el fondo del libro, en el mosaico de personajes que lo conforman, y que se escapa de las manos, se evapora su esencia, se convierte en el gran desconocido: es el hombre. Los hombres de cada uno de estos libros, los hombres de "ellas", los causantes de todo, las víctimas quizá, son muy parecidos. Una vez vi una serie de televisión sobre Ana Karenina y allí estaba él, mucho mejor representado que en cualquier adaptación o película. Por desgracia, no recuerdo su nombre, ni quién era. Solamente sé que él sí era el Conde Bronsky, que desencadena la pasión, el torrente que conducirá a Karenina al caos. Es el "teniente francés" de esa película
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