"Padre"
Si todavía me escuchas donde estás quizá pueda decirte que, de nuevo, se ha cubierto de flores el almendro ese que no existía en el jardín de casa. Si mi voz es posible que te llegue a cualquier parte sería el momento de hablarte de las rosas, pequeñas rosas blancas de arriates que no tuvimos nunca cerca. Porque no eras hombre de jardines sino de tibio sudor desconsolado porque tuviste las manos abiertas al olor de las flores sin que ninguna flor te acompañara nunca quizá quieras saber que desde que te fuiste se marcharon también los pobres árboles la cansada palmera del camino las hojas y un suelo de hormigón duro recubre el pequeño rincón que tú regaste.