Marzal, la filosofía, Miki Leal y un poco de engaño todavía
Tomarse las cosas con filosofía. Cualquiera de nosotros puede hacerlo. Algo así como dejar de lado esa efervescencia del tomar partido y sentarse a meditar, una meditación con música o con uno de esos vídeos de Youtube que te azotan el interior porque, lo sabes, ni estás tranquila ni se espera que te tranquilices. Puede que comience la primavera y ese día justamente haya una muela que te dé la lata, con ese temido pinchazo que viene algunas veces y que odias porque sabes, y no hay duda, que te dará quehacer durante un tiempo. Eso te nubla la razón y te cansa más de lo habitual y entonces miras ese cuadro de Miki Leal en el que hay azul-verde y también está el fondo negro y ese hombre tan extraño que lleva en la mano un pequeño pincel y que busca la imagen en un invisible caballete. Tomas el nuevo libro de Carlos Marzal y te preguntas por qué la muela ha llegado a fastidiar hoy precisamente, si sus versos son esa clase de emoción que no decae. Marzal regresa y dando una vuelta precipi