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Mostrando las entradas etiquetadas como Editorial Alfaguara

"Ay, William" de Elizabeth Strout

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Foto: Elizabeth Strout por Greta Rybus/The Guardian   Hace ya algún tiempo que sigo a Elizabeth Strout y este es el séptimo libro que leo de ella. He de decir que me parecen algo irregulares, es decir, que no mantiene el mismo nivel de calidad en todos ellos, aunque supongo que eso será complicado. El caso es que Elizabeth Strout es una de las escritoras mejor consideradas en la actualidad. A ello también puede haber contribuido la popularidad de las adaptaciones que se han realizado de algunas de sus novelas, sobre todo de Olive Kitteridge , con un personaje que llama mucho la atención y que a la gente le gusta mucho. Los hermanos Burgess , Luz de febrero , Amy e Isabelle , Todo es posible y Me llamo Lucy Barton tienen aquí su correspondiente reseña. Además, he escrito de ella con ocasión de balance de lectura o de recordatorio de libros leídos durante el año. Desde que comencé a leerla, hace ya unos años, los libros de Strout tienen un sitio importante en mis lecturas.  En Ay, Will

Cuando Lucia se enamoró de un héroe

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Es uno de los cuentos que forman el volumen "Una noche en el paraíso". Es un cuento muy corto. "Michael Templeton, era un héroe, un adonis, una estrella". Así comienza el relato en el que ella, Lucia, acompañada del hermano de Michael, el joven Johnny, son testigos del accidente de moto en la carrera mortal que terminó con la vida de quien se la había jugado en la guerra. Nada mejor que las fotos de Tony Vaccaro , el fotógrafo soldado, para ambientar esta reseña que quiere reconocer la forma extraordinaria en la que, en unas pocas páginas, Lucia Berlin es capaz de contarnos toda una tragedia. Y cómo lo hace sin estridencias, sin lágrimas huecas, sino con la aceptación, la serenidad de quien sabe que en la vida puede pasar de todo. Es esa su marca, su huella, su estilo. Contar lo complicado con palabras de gentil armonía.  "Hay ciertas cosas de las que la gente nunca habla. No me refiero a las cosas difíciles, como el amor, sino a las más bochornosas,

La casa de adobe con tejado de chapa

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  Hay un cuento de Lucia Berlin que se titula así: La casa de adobe con tejado de chapa. Está en su libro Una noche en el paraíso , un conjunto desigual de cuentos, no porque los haya malos y buenos, sino porque son desconcertantes, extraños. Los llamamos cuentos pero también se podrían llamar historias, relatos, cosas escritas...Sin más. Ella misma es bastante desconcertante y a veces suscita miedo. Tendrá que ver con su vida o con su modo de ser. Dicen que era una persona valiente y por eso la envidio un poco. La valentía, el arrojo, el coraje, son de esas cualidades que te marcan la vida. Y si no tienes nada, si eres pobre de solemnidad, si tu vida no se considera edificante ni imitable, entonces todavía es más meritorio. Ser arrojada en esas circunstancias se me antoja muy difícil, casi imposible. Debe ser que hay personas que no miran hacia fuera cuando actúan sino solo hacia dentro, hacia su propio ser y esto las desconecta de las críticas y el desprecio. También envidio a esas

"La señora Osmond" de John Banville

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Es  un atrevido ejercicio literario tomar una obra maestra y construir una secuela. En el cine esto nunca suele traer buenas noticias, salvo que hablemos de El Padrino, cuya segunda entrega no desmerece de la primera (hay gente que la prefiere) e, incluso, la tercera podría ser considerada obra maestra si se analizara aparte.  Pero  en literatura es diferente. El estilo, esa marca que identifica a un escritor con respecto a otro, es algo muy difícil de imitar. Y las imitaciones en sí mismas no tienen valor alguno, se les nota a la legua, son alambicadas, falsas, huecas. Por eso no se trata de imitar sino, quizá, de recrear, de forzar una evolución que sea creíble.  Esto  es lo que ha intentado hacer John Banville con su última novela "La señora Osmond". El punto de partida es "Retrato de una dama" la excepcional obra de Henry James de quien no hace falta hacer ningún panegírico. Es, probablemente, uno de los cinco escritores más importantes de toda la histori

"Dos hermanas" de David Foenkinos

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  Este libro podría también llamarse: "Iris ha vuelto" . El hecho de que el autor haya preferido aludir a las dos hermanas puede hacernos pensar que ambas, Mathilde y Agathe, están en el mismo nivel, a la misma altura, pero no es así. Mathilde está en el centro de la narración y Agathe en sus aristas. La cosa, además, va de desamor, más que de desarreglos familiares, pero la nueva vida de Mathilde tiene también sus condicionantes. Aclaremos:  Mathilde es profesora de Literatura en un Liceo y desde hace cinco años tiene a Étienne como pareja. Es feliz. Su hermana Agathe vive en un pequeño apartamento con su pareja, Frédéric, y su hija Lili. Dos parejas y dos situaciones. Un día, inopinadamente, Étienne avisa a Mathilde de su intención: irse del apartamento que comparten. Es decir, dejarla. No lo hace por una razón objetiva relacionada con su convivencia con ella. Lo hace porque Iris ha vuelto. Iris, su gran amor, la mujer de la que estaba enamorado y que lo dejó a su vez. Ir

"Hechos poco fieles" de Lena Andersson

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(Irving Penn. 1917-2009. My parisian life)  Esta fotografía de Irving Penn le viene muy bien a este libro, "Hechos poco fieles", de Lena Andersson. Leí de la misma autora "Apropiación indebida", subtitulada como "una novela sobre el amor". Los dos libros hablan de cierta clase de amor. Amor entre comillas, desde luego. La imagen, con esa mujer que mira al frente, sin posar su vista en el acompañante, el gesto displicente del hombre, la huida de toda compostura de ella (está a punto de quitarse del todo los zapatos) y esa nota de perplejidad que proporciona el gesto de la mano, llevándose el collar a la boca, todo sirve para ilustrar esa clase de amor de la que escribe Andersson.  Qué poco casa la elegancia de ella con ese sitio inmundo, de azulejos sucios, mesa vieja, silla ridícula y botella de vino de la casa, sin marca ni glamour. Es como si se hubiera arreglado con detalle para algo que no va a llegar nunca, porque no existe. Muchas muj

Diálogo con Lucía

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Estoy fascinada con ella. Esa belleza única, esos enormes ojos verdes, señalados con el rabillo azul oscuro, ese gesto elegante de coger el cigarrillo, es mirada oblicua, esa forma de mover el cuello, esa piel casi translúcida, ese gesto displicente, ese cabello armoniosamente despeinado, esa curva de unas cejas perfectas, ese rictus risueño de la boca, esa nariz anclada en la forma adecuada, esos pendientes de cristal transparente, esa rebeca azul celeste casi gris....estoy fascinada con ella.  Nadie diría al verla que fue una niña sufriente, martirizada por un corsé que se le clavaba en la espalda y que tenía la intención de corregir una espalda deformada. Nadie diría que su alcoholismo la llevaba por penumbras inapropiadas. Nadie diría que los hombres no la quisieron realmente como era sino solo en su apariencia. Nadie diría que se vio en la calle, criando sola a cuatro hijos. Nadie diría que su vida corría siempre al límite, sin dique de contención, sin sosiego.  M

"Los lobos de Praga" de Benjamin Black

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Este es un Black que parece Banville . Pero no el Banville de " Antigua luz" , de "El mar" o de "La guitarra azul" , sino más bien el de "La señora Osmond" , lo que quiere decir que es un Banville más estilizado y menos oscuro. Que John Banville-Benjamin Black es un excelente narrador, un frasista de primera, un autor fundamental de nuestra literatura actual, resulta evidente. Pero eso no quiere decir que todos sus libros estén a su altura. Como ocurre con "La señora Osmond", un ejercicio de estilo que intenta reproducir y continuar los aires de Henry James pero que no deja de parecer una especie de intento. No hay necesidad, pienso, de saltarse lo que uno es para navegar en los mares de otros. Y por eso hay que saludar con satisfacción este libro,  "Los lobos de Praga", que tienes que leer en el momento adecuado porque, si no es así, puede darte la impresión equivocada de que es un lento río sin meandros.  El libro,

"La carne" de Rosa Montero

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Soledad es de esas mujeres cuyo destino es amar. Y si no tienen amores parece que les falta algo. Entonces los buscan desesperadamente. Sufren, es cierto, pero parece que ese sufrimiento les sirve más que el vacío o que la ausencia. Cuando Mario la abandona (en realidad nunca lo tuvo, así que no puede hablarse de abandono sino del adiós a una aventura) ella decide buscarse a un chico de compañía para que ese hueco lo llene alguien, a ser posible guapo y a ser posible tierno. Lo primero está asegurado. Aunque cueste dinero.  Adam es el gigoló que la agencia enviará a Soledad y que será su pareja de algún modo el tiempo que dura la novela. Que no sabemos si es mucho o si es poco, porque la cronología se interrumpe por otras voces que aparecen en el libro. Esas voces tienen que ver con el trabajo de Soledad, una comisaria de exposiciones que enfila lo que ella considera el último tramo laboral de su vida. Soledad está preparando un gran evento en la Biblioteca Nacional sobre escri

"Una noche en el paraíso" de Lucia Berlin

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En 2016, la publicación por la editorial Alfaguara de "Manual para mujeres de la limpieza" fue un absoluto suceso. El boca a boca funcionó de inmediato y el libro se encumbró a los primeros puestos de los más vendidos y fue, también, de los más leídos. Ambas cosas no siempre coinciden. La personalidad de Lucia Berlin importa, desde entonces, tanto o más que su obra. Como ocurre con todas las vidas estrambóticas, al filo de la navaja, su peripecia vital nos llama a intentar descubrir resquicios que expliquen el trasfondo de las historias que cuenta. Setenta y siete cuentos que ya se habían publicado en los años noventa sin demasiada repercusión, a pesar de que consiguió el American Book Award en 1991.  (Lucia Brown en sus primeros años) Fue la importante editorial norteamericana Farrar Straus and Giroux la que publicó el "Manual" en 2015, revitalizando la figura literaria de esta mujer. Era un momento muy oportuno. La literatura femenina, antaño a

"Ordesa" de Manuel Vilas

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Siempre he creído que los libros llegan hasta ti en el momento oportuno y que la forma de llegar es, más que casual, milagrosa. Amanecen días en los que sabes que las dudas son mayores de las habituales y que algo tiene que surgir para compensarlas. En este caso, "Ordesa" llegó en el momento oportuno y de una forma inopinada. Nada me había acercado a él con anterioridad, ni tampoco a su autor, Manuel Vilas . Sin embargo, desde los primeros renglones del libro supe que tenía que leerlo. Y lo adquirí con toda rapidez en formato e-book porque no podía esperar a que llegara el envío o a que visitara una librería.  Lo primero que me llamó la atención de su lectura fue la forma en que habla de su padre. Creí que yo era la única persona que sentía determinadas cosas. Pero no es así. O es un sentimiento universal o Vilas coincide conmigo en cierta ambivalente sensación que persiste tras la muerte de ese hombre al que miras desde abajo y con el que sigues soñando a pesar d

"La llamada de la tribu" de Mario Vargas Llosa

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La autobiografía intelectual del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa es el sentido último de este libro. Un recorrido que se realiza partiendo de aquellos pensadores que contribuyeron, según reconoce él mismo, a la conformación de su ideología política, social y económica. A cada uno de ellos dedica un capítulo: Adam Smith, Ortega y Gasset, Frederick von Hayek, Karl Popper, Isaiah Berlin, Raymond Aron, Jean-François Revel. Antes de eso, un pormenorizado capítulo de introducción explica sus intenciones y su recorrido vital desde las primeras posturas juveniles hasta la actualidad.  Vargas expresa en una frase lo que será su pensamiento futuro: “Odio a los dictadores”. La situación de su Perú natal le influyó poderosamente a través de la lectura de La noche quedó atrás, de Jan Valtin, que leyó en 1952. Su primera militancia fue en el Grupo Cahuide (de ideas comunistas) en la Universidad de San Marcos, pública, popular y revolucionaria, según afirma. Las lecturas de Sartr