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Mostrando las entradas etiquetadas como Edith Wharton

Las costumbres de Wharton

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  El hotel Stentorian de Nueva York es un trasunto del hotel Majestic, que fue testigo de la presencia de algunos grandes. El Majestic fue demolido en el año 1929 y en su lugar se levantaron unos enormes edificios de apartamentos con el mismo nombre y en el mismo lugar. Los Spragg viven en el Stentorian, en la zona del Upper West Side. Han llegado desde Apex a Nueva York porque en su lugar de origen eran ricos pero esa riqueza no tenía importancia ni se trasladaba a ninguna cumbre social. En Nueva York sin embargo, quieren relacionarse y no lo consiguen a pesar de que su única hija, Undine Spragg, es bellísima y viste lujosamente y a la última moda. Los señores de Abner E. Spragg podrían prescindir de la gran ciudad y de la vida en el hotel.  La gran aspiración de Undine Spragg es hacer una buena boda, a poder ser con alguno de los herederos de las grandes familias de Nueva York, las que viven en las mejores zonas y frecuentan el teatro, la ópera y los conciertos. Los Van Dengen, los D

Después de la boda

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  (Foto: Nina Leen)

"Edith Wharton. Una mujer rebelde en la edad de la inocencia" de Jorge Freire

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  Esos bucles en los que la literatura nos mete me llevó a este libro, cuya existencia desconocía. Tampoco conozco al autor y viendo su currículum entendí un poco los derroteros por los que andaría. No me equivoqué. El libro es una mezcla de ensayo biográfico y de ensayo social. Y se entrecruzan los libros de la autora, con lo que también es un ensayo literario. A mí me ha interesado mucho y me ha hecho conocer mejor a Edith Wharton , una autora con la que llevo lidiando bastantes años y que siempre me interroga. Además, aquí hay un adecuado retrato del telón de fondo que te hace comprender aún mejor lo que cuenta en sus novelas y el sentido que tienen sus tramas e, incluso, sus personajes. Es un libro breve pero muy instructivo, en el sentido clásico del término. Aprender cosas, eso que está tan poco valorado últimamente. Pero cuando buceo en un personaje siempre recuerdo las enseñanzas de mi facultad y de mi carrera: coordenadas de espacio y de tiempo antes que nada. Todo con el cont

"La edad de la inocencia" de Edith Wharton

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  La lucha de las familias "bien"  contra los advenedizos que intentan penetrar en la sociedad de Nueva York es uno de los temas principales de este libro, que publicó Edith Wharton en 1920 y obtuvo el Pulitzer al año siguiente. Antes de ser un libro se había publicado por entregas, como era habitual, en la revista Pictorial Review y tuvo un gran éxito. A la gente le interesó esa representación del Nueva York de 1870, que ya había desaparecido de la realidad. Una escritura que no tiene añoranza sino más bien una visión crítica de lo que era considerado "apropiado" en aquella década fundacional.  El libro ha sido llevado tres veces al cine, la primera, muda, en 1924; la segunda, diez años después, con Irene Dunne de protagonista y la tercera, dirigida por Martin Scorsese , en 1993, teniendo como intérpretes principales a Michelle Pfeiffer, Daniel Day-Lewis y Winona Ryder. A mi juicio, la novela es claramente superior a sus adaptaciones. Seguramente por la riqueza

Que una flor de papel preside el aire

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Colin Firth se marcha raudo en un Studebaker y huye de la rutina de esa mansión angustiosa y verde. No hay esposa, no hay hijas, solo tradiciones sin sentido y una necesidad de saber que no ha sido su culpa todo eso. Al otro lado del coche un sagaz mayordomo le ha ofrecido una copa de champán, la última y ha mantenido la vista fija en la copiloto, esa rubia tan parecida a Chastain , pero, que, sin embargo, parece renegar de la fama y de los conflictos. Miente, mentimos, nos mienten, eso es seguro. Una brisa marina envuelve Bath , al otro lado del mapa y de la historia, y ese olor penetrante del sulfuro, de los baños romanos y de las sales confitadas a ras del suelo, atraviesa la atmósfera silente, mientras las elegantes sueñan con que el hombre que buscan va a aparecer sin duda, en algún horizonte. No así las mujeres que medran en la sociedad de Nueva York y que Edith tan bien conoce, tanto que las retrata una y otra vez sin cansarse, como si tuviera que dejar testimonio de ellas

"Los reflejos de la luna" de Edith Wharton

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  Los protagonistas de la novela son una pareja de jóvenes, alegres, de buenos modales, brillantes y muy pobres. Lo último se ve matizado por lo anterior, desde luego, porque la baza de sobrevivir está en sus cualidades y no en su economía. Son Nick Lansing y Susy Branch, ejemplo claro de supervivientes a base de sablazos, de dar la coba, de ser un parásito de los otros, y hacerlo con talento, gracia y cierta inteligencia práctica. Hay mucha gente así y lo logran porque sus cualidades físicas o intelectuales se lo permiten y porque siempre hay alrededor personas que caen en su trampa. ¿Puede esto durar eternamente? Nick es uno de esos novelistas en potencia que no consigue su objetivo de triunfar y que tiene que mantenerse a rastras con la exigua ayuda del patrimonio familiar. Tiene un trabajo para él indigno a todas luces: escribir para una enciclopedia, pero esto le parece lo peor y necesita el triunfo como novelista. Por parte de ella, Susy , perdió su posible fortuna con el derro

Sedas e intrigas

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Edith Newbold Jones (de los Newbold Jones de toda la vida), o, lo que es lo mismo, Edith Wharton (Nueva York, 1862- Saint-Brie-sous-Fôret, 1937), reaparece cada vez que vuelvo a buscar en la estantería de los libros amados. Allí está La edad de la inocencia. Están La solterona, Santuario, La renuncia, Estío, Las hermanas Bunner y algunos más, incluidas sus memorias . Está también una rareza, La soñada aventura , en una publicación de la editorial Juventud de 1925, aunque el ejemplar que manejo, de la Colección Universal, es de 1994. Sin Edith Wharton no hubiéramos podido conocer las interioridades de las familias ricas del Nueva York de finales del XIX y principios del siglo XX. Ella, que era considerada en su círculo una excéntrica por dedicarse a escribir, tuvo la suerte de tener abiertas las puertas de los salones y, a través de una observación minuciosa y una descripción detallada, mostrarnos una sociedad que, aunque estaba decayendo a ojos vista, todavía quería conservar

Edith Wharton y "El Marne"

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La editorial "La isla de Siltolá" en su colección Narrativa publica en 2018 un volumen con tres cuentos, el primero de los cuales da título al libro, "El Marne". Los otros dos son "El ajuste de cuentas" y "La campanilla de la doncella". De tamaño irregular, cada uno de esos relatos hablan de la Edith Wharton que sus lectores conocemos: observadora, incisiva, ingeniosa, caleidoscópica, conocedora de los entresijos del alma humana y de los comportamientos de la clase social en la que vivió y de la que formó parte, aunque con una mirada crítica, nunca dominada por las convenciones. Lo más destacado de su forma de narrar es siempre el acierto al diseccionar el interior del alma humana, sus emociones, sentimientos, deseos, odios y venganzas. Y las relaciones humanas están marcadas por el signo de la realidad, sin alteraciones románticas ni pensamientos elevados. La gente es así y así la muestra ella. "Resultaba una peculiar crueldad del de

Edith Wharton: Las mujeres no son lo que parecen

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Edith Newbold Jones (de los Newbold Jones de toda la vida), o, lo que es lo mismo, Edith Wharton (Nueva York, 1862- Saint-Brie-sous-Fôret, 1937), reaparece cada vez que vuelvo a buscar en la estantería de los libros amados. Allí está “La edad de la inocencia”. Están “La solterona”, “Santuario”, La renuncia, Estío, Las hermanas Bunner y algunos más, incluidas sus memorias. Está también una rareza, “La soñada aventura”, en una publicación de la editorial Juventud de 1925, aunque el ejemplar que manejo, de la Colección Universal, es de 1994.  Sin Edith Wharton no hubiéramos podido conocer las interioridades de las familias ricas del Nueva York de finales del XIX y principios del siglo XX. Ella, que era considerada en su círculo una excéntrica por dedicarse a escribir, tuvo la suerte de tener abiertas las puertas de los salones y, a través de una observación minuciosa y una descripción detallada, mostrarnos una sociedad que, aunque estaba decayendo a ojos vista, todavía quería con

Anne Brontë: la hermana pequeña

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(Retrato de Anne Brontë) Anne Brontë no llegó a cumplir treinta años. Su corta vida, murió a los veintinueve, le dio para escribir dos grandes novelas, algunos poemas y para compartir vivencias en ese extraño grupo familiar que vemos como un todo, los Brontë, aunque tenían sus diferencias. Un grupo familiar que va desde la desgracia de la orfandad (la muerte de la madre), al ensimismamiento de algunos de sus miembros, a la soledad de otros, a la debilidad de carácter del hermano, a la prematura muerte de las hermanas mayores... Ella no es solamente la pequeña, es también la menos conocida, casi oculta tras el brillo de "Cumbres Borrascosas" , de Charlotte , o de "Jane Eyre" de Emily . Pero sus dos novelas tienen elementos que, por sí mismos, la hacen diferente, original y hasta pionera, una obra adelantada a su tiempo. Anne había nacido el 17 de enero de 1820 en Thorton. Un año y medio después murió su madre a la que apenas conoció. Cuando ella te

"El arrecife" de Edith Wharton

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Los libros de Edith Wharton  (Nueva York, 1862- Pavillon Colombe, 1937) dan la impresión de haberse escrito después de observar, desde una atalaya privilegiada, la historia, los actos, los pensamientos y emociones de unos personajes que, lejos de ser de cartón piedra, tienen los defectos y las virtudes que asociamos a la gente normal. Los lectores sentimos que podemos asomarnos a una intimidad que, de otro modo, nos estaría vedada. Las historias transcurren como un río, con sus altibajos, sus meandros, su nacimiento tumultuoso, su desembocadura. Estas son virtudes que hacen de ella una escritora singular, a la vez llena de un estilo culto y depurado, a la vez convertida en una amable contadora de sucesos. Una dualidad que en este libro tiene su expresión máxima porque sus personajes, sobre todo los cuatro principales, obedecen a ambientes y motivaciones distintas y, sobre todo, ocultan algo. Ese juego de ocultaciones, de medias verdades, de mentiras que no deben sobrepasar el espac