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"Bestias" de Joyce Carol Oates

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  Esa escritura tensa y reconocible, que parece estar provocando siempre al lector, que da la sensación de que se escribe para levantar velos, para suscitar sentimientos, quizá para construirlos. Esa es Joyce Carol Oates, eterna aspirante al Nobel sin ella pretenderlo, en todas las quinielas siempre y, sobre todo, con una obra perfectamente engrasada, coherente, muy reconocible. Novelas cortas, novelas largas, relatos...También poesía y cuentos infantiles. Ensayos. Escribir es el verbo. Da cosa pensar en esa cantidad de personajes que ella ha creado con una total falta de escrúpulos literarios. Nunca ha cerrado la puerta a decir nada que hubiera que decir. En este caso se recrea en una época llena de sorpresas, una extraña época que alternaba a la vez descubrimiento y ocultación. Lo oculto siempre aparece en sus obras de algún modo. Lo oculto, extraño, duro, pero, eso sí, pertinente, necesario. Un poco ambiguo, sí. En este libro está el mundo de las universidades femeninas. Chicas list

Siempre me da envidia leer a Joyce Carol Oates

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 Me llama la atención ese aspecto de pajarito elegante. Y la franqueza de la mirada. No aparente tener dentro ese paisaje convulso de su propia personalidad, la que crea argumentos y personajes atormentados, difíciles; la que narra con pulcritud, atrevimiento y certeza, unas historias que no puedes dejar de leer.  Joyce Carol Oates (Lockport, Nueva York, 1938) está a punto de cumplir ochenta y cuatro años. Hasta hace poco enseñaba en Princeton. La vida escolar, el contacto con los jóvenes estudiantes, la ponía a cien. Hacía que su universo se contagiara de esa prisa cotidiana de un centro educativo. Al tiempo, escribía y escribe. Con una regularidad espartana. Con un trabajo de investigación previo que resulta envidiable. Planificación, búsqueda de fuentes, pistas, ciudades, personas, ideas. Todo ello se congela en sus ficheros hasta que lo utiliza en sus relatos y en sus novelas. Una tarea que ya está acostumbrada a realizar y que requiere concentración y discernimiento.  A sus alumno

"Por qué el agua del mar es salada" de Brigitte Schwaiger

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  Por qué el agua del mar es salada Brigitte Schwaiger Traducción y epílogo de Virginia Maza Editorial Contraseña 133 páginas Ilustración de la cubierta de Elisa Arguilé Primera edición abril de 2022 Publicación original de 1977 Una muchacha joven, la abuela, la madre, el padre, se afanan en arreglarse para salir a sellar el compromiso matrimonial de la chica. Pero ella no quiere casarse. Se lo ha comentado incluso al novio, pero ha sido inútil. Quiere dejarlo para otro momento, pensarlo mejor. Pero no hay ocasión de pensamientos, lo que hay que hacerlo, hay que hacerlo. Punto. Ese ramalazo de miedo puede significar algo o quizá sea eso simplemente, el miedo, la sospecha de que aquello no traerá nada bueno, que ese hombre no es "el hombre".  Después de eso el libro desenvuelve los detalles del matrimonio como si estuviera deshojando una flor o abriendo una ventana o quitando las capas de una cebolla. Pequeños sucedidos, contestaciones, actitudes, cosas raras. La esposa está s

"La señora Jenny Treibel" de Theodor Fontane

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Leí hace algún tiempo la que se considera obra maestra de Theodor Fontane (1819-1898): Effi Briest . De ella hizo una versión cinematográfica muy notable R. W Fassbinder en 1974. Theodor Fontane , maestro del realismo literario alemán, plasmó en ese libro las contradicciones de la sociedad moderna con respecto a las mujeres. Las tensiones que la sociedad industrial generaron en las clases medias y la manera en que las mujeres se incrustan en ellas como si fueran apéndices y no tuvieran otra cosa que hacer que agradar es una temática recurrente en este escritor. En Effi Briest un matrimonio de conveniencia dará al traste con las posibilidades de felicidad de la protagonista. Las rígidas costumbres de la sociedad prusiana traerán, además, la desgracia a la protagonista y a su engañado marido. En este libro de ahora, La señora Jenny Treibel , vuelve a tratarse el tema de la elección entre lo que debe hacerse y lo que se desea hacer. (Afiche de la versión para el cine de E

"El asiento del conductor" de Muriel Spark

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De Muriel Spark se cumplió este 2018 el primer centenario de su nacimiento, efemérides que pasó desapercibida como tantas veces ocurre. Si los lectores desconocen quién era Muriel Spark no podemos esperar homenajes. Había nacido el 1 de febrero de 1918 en Edimburgo (un siglo después de la muerte de Jane Austen ) y murió en Florencia, Italia, en 2006. A este país se fue a vivir en 1954. Antes de eso la vida de Muriel fue apasionante. No solo estudió (en tiempos en los que muy pocas mujeres lo hacían) y tuvo una buena formación, sino que se casó, se separó de su marido (lo cual tampoco era usual, al menos de forma pública porque las desavenencias se guardaban para el interior de los visillos), tuvo un hijo y trabajó para el contraespionaje con el Foreign Office, a partir de 1944. Esta última parte de su biografía daría para una novela de espías, con Tom Hanks en alguna parte, desde luego. Y quizá Scarlett Johansson haciendo de protagonista.  En este blog hay otras dos referenc

Días de libro sin rosas

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Camino a mi paso (leve, a veces; en otras ocasiones, rápido; incluso moviendo las caderas como las modelos) y recorro la Ronda de Triana y luego sigo por López de Gomara y bajo por República Argentina. Sé lo que busco y adónde voy.  Todo el camino el móvil va lanzando el alegre traqueteo del whatsapp. Esta mañana, no demasiado temprano, he enviado a mis contactos lectores y a alguno en vías de serlo (lector, digo, no contacto) una solemne felicitación: Feliz Día del Libro. A Así que ahora están saltando al aire las respuestas pero no las leo, siguen sonando en el móvil y lo hacen casi al compás de mis pasos. Me acompañan todo el recorrido.  Llego a la librería y esa librería ya no es la que era. Ha c ambiado de título y de dueño y ahora luce un nombre extraño, algo así como un gato en el palomar o una bicicleta que vuela, no recuerdo.  Para llegar a ella tengo que pasar por una pizzería que me trae un recuerdo absurdo y ridículo. Nubes oscuras en un día de sol radiante. Bah,