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"Tus pasos en la escalera" de Antonio Muñoz Molina

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A mí me cuesta horrores escribir algo negativo sobre un libro de Antonio Muñoz Molina. Primero porque es un extraordinario escritor. Segundo, porque le tengo aprecio especial, incluso cariño. He seguido su trayectoria y su compromiso ético es, para mí, tan importante como su obra literaria. Así que decir que este libro podía no haberse escrito y no se hubiera perdido nada, me produce cierta pena y cierto disgusto.  Normalmente nunca hago reseñas de libros que no me han gustado. Aunque son pocos los libros que leo y que no me gustan, quizá porque mi intuición se ha ido perfeccionando con los años y con las lecturas y pocas veces hay ya que me equivoco. Sin embargo, hay escritores a los que, aunque tengan libros mediocres o faltos de interés, siempre continúo siguiendo, porque son ellos, porque les doy una oportunidad más. El anterior libro de AMM tampoco me pareció gran cosa. Era "Un andar solitario entre la gente" y para mí pasó sin pena ni gloria.  En este "T

"Un andar solitario entre la gente" de Antonio Muñoz Molina

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Un verso de Francisco de Quevedo (1580-1645)  da nombre al libro: Es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente, es un soñado bien, un mal presente, es un breve descanso muy cansado. Es un descuido que nos da cuidado, un cobarde, con nombre de valiente, un andar solitario entre la gente, un amar solamente ser amado. Es una libertad encarcelada, que dura hasta el postrero parasismo; enfermedad que crece si es curada. Este es el Niño Amor, este es su abismo: ¡mirad cuál amistad tendrá con nada el que en todo es contrario de sí mismo! Miguel Poveda lo convirtió en cante y demostró así la eternidad y la universalidad del flamenco. Ahora, Muñoz Molina, lo usa como hilo conductor de su última novela.  Antonio Muñoz Molina (Úbeda, Jaén, 1956) es el único escritor del que yo podría hacer, como ahora, una pre-reseña, una reseña preventiva, un aviso en realidad. El libro va a salir dentro de unos días y la mera noticia levanta u

John Adams, Muñoz Molina y Miss Liberty

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Como si formaran un bucle, estos días finales de abril estoy repasando las cosas que aprendí cuando estudiaba Historia de América en la universidad. Y añadiendo otras que recién he aprendido por medios muy diversos: una serie de televisión, las charlas con mi hijo, algunos artículos de Internet... La serie de televisión se llama "John Adams" y recrea los primeros años de la historia de los Estados Unidos de América. La biografía de este personaje, que fue el segundo presidente, tras George Washington, muestra de forma certera el ambiente de aquellos años fundacionales, la lucha contra los ingleses, las rivalidades intracoloniales, la redacción de la Declaración de Independencia y la Constitución americanas, los primeros años de la diplomacia estadounidense en Europa. Maravillosos contrastes de formas de vida, vestimentas, hábitos culinarios y gustos, se observan entre aquel país emergente y las cortes europeas. Entra ellas mismas, las cortes europeas, se manifiestan las

No pierdas la esperanza

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Aprender cosas Artículo de Antonio Muñoz Molina en su web personal. 14 de junio de 2011. Desde la ventana de la habitación del hotel se veía el mar inmenso de Cádiz: una horizontalidad que no cabe por el balcón, que no abarcan los ojos, tan poco acostumbrados, menos aún después de la espera tortuosa en el aeropuerto, de la estrechez del avión. El mar alivia el cansancio, la noche escasa de sueño, el madrugón inhumano. Pero más aún lo alivia el encuentro con la gente del congreso, personas sabias y entusiastas que hablan con pasión de las cosas que saben, las que están investigando, las que no están seguros de llegar a saber. No conocía a Manuel Lozano Leyva, físico nuclear que me cuenta la emoción de trabajar en los grandes aceleradores de partículas, ni a Ignacio Morgado, que esta mañana hizo una intervención magnífica sobre las zonas diversas del cerebro que rigen la racionalidad y las emociones, mostrando imágenes de resonancias magnética. A Javier Armentia, director del p

Andaluces: Picasso y Muñoz Molina

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Antonio Muñoz Molina (Úbeda, 1956) da su visión, en Babelia (sábado 26 de febrero) acerca de la exposición sobre las guitarras de Picasso (Málaga, 1881), que está ahora mismo en el MOMA de Nueva York, haciéndonos pensar en el arte moderno como algo menos frívolo y más esencial de lo que a veces se cree: En París, en el otoño de 1912, Pablo Picasso hizo una guitarra. No la dibujó, no la talló en madera o la modeló en cera o en barro, no hizo ni un cuadro ni una escultura ni un boceto. Hizo una guitarra, completa, aunque también inútil, una guitarra con sus cuerdas, su mástil, su caja de resonancia con un agujero en el centro, sus clavijas, un objeto tridimensional que a continuación colgó de un clavo en una pared, y le pegó debajo un trozo de cartón doblado como si fuera un soporte, o el filo de una mesa de café. La guitarra la hizo con lo primero que encontró a mano en el gran desorden del taller, que según testimonios contemporáneos tenía mucho de chamarilería o de almacén de trap

Premio para Antonio Muñoz Molina

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Recogida del Diario El País, esta noticia que nos congratula: Los artículos y crónicas del escritor Antonio Muñoz Molina (Úbeda, Jaén, 1956) han logrado el Premio a la Concordia que cada año otorga la Fundación Fernando Abril Martorell. Según el jurado que este año ha decidido el galardón, el autor de El jinete polaco ha sido elegido por la defensa que hace de "los valores éticos de la Transición política, la imparcialidad con la que aborda los problemas de nuestra sociedad, su compromiso con la defensa de los valores de la democracia y su escrupuloso respeto de la diferencia". "Asimismo", señala el jurado, "se destaca la mirada serena con la que explora nuestra historia en sus relatos". Esta noticia es muy importante. Recoge un galardón muy merecido. Antonio Muñoz Molina , nacido en Úbeda (Jaén) en 1956, profesor de Geografía e Historia en sus primeros años y periodista y escritor, en la actualidad, es el más importante articulista de la prensa

No dejes de leerlo

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Acaba de ver la luz un libro. Leerlo es una de las cosas que podemos hacer por reparar la vergüenza de un silencio tan prolongado. He recogido la reseña del libro y, más abajo, unas palabras sobre el mismo de Antonio Muñoz Molina, siempre atento a lo que significa la dignidad del ser humano, que se publican hoy en su sección de Babelia (El País): El infierno de los jemeres rojos. Testimonio de una superviviente Denise Affonço Libros del Asteroide Sinopsis: Denise Affonço trabajaba en la embajada francesa en Phnom Penh, la capital de Camboya, cuando los jemeres rojos tomaron el poder en abril de 1975. Affonço y su familia fueron deportados al campo, como la mayoría de los habitantes de las ciudades camboyanas; el régimen había decidido instaurar un estado agrícola y todos los ciudadanos fueron obligados a trabajar la tierra. La dictadura se prolongó cuatro años y durante este periodo la población tuvo que soportar hambrunas, enfermedades y ejecuciones sistemáticas. El régimen segó la vi

El mejor Muñoz Molina

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Para mí el mejor Muñoz Molina (Antonio, claro) está en sus artículos. Como éste, que publica hoy Babelia, el suplemento cultural de El País y que se titula "Henri Rousseau, el inocente". En él se habla de Arte, pero no solamente: Tal vez Henri Rousseau era una de esas personas inocentes y sabias de las que se ríen los demasiado listos. Los demasiado listos se creen excepcionales, pero en realidad abundan tanto que son un aburrimiento. El excepcional de verdad es el sabio inocente, el original que no sabe que lo es, el que aparece y no se sabe de dónde ha podido salir, de qué manantial ha brotado su talento. He tenido la suerte de encontrarme en mi vida con algunos sabios, y en todos ellos he podido advertir un grado de inocencia, no incompatible con la astucia, incluso con la socarronería, pero sí con el cinismo. Sabios cínicos o sabios enterados no he conocido a ninguno. Y cuando digo sabios no quiero decir eruditos, aunque algunos lo son o lo eran, sino gente que hac