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"Diario de un ama de casa desquiciada" de Sue Kaufman

Sue Kaufman (Nueva York, 1926-1977) publicó este libro en 1967 pero no sé yo si lo que cuenta ha perdido vigencia o, por el contrario, sigue de plena actualidad. La búsqueda del sentido de la vida cuando aparentemente lo tienes todo. Hay muchas formas de abordarlo, desde luego, pero esta especie de diario irónico y escéptico es una de las más eficaces, porque si no le echas un poco de humor la cosa chirría más de la cuenta. 

Tina Balser es una mujer afortunada. Tiene un marido abogado que está bien relacionado y que la trata bien. Dos hijas bonísimas, Liz y Sylvie. Una mascota, Folly, a la que sacar a pasear. Una asistenta, Lottie, que le soluciona mil cuestiones domésticas. Y tiene cierta dosis de cultura, encanto y posibilidades. Y pastillas tranquilizantes. Lo único que le falta es aquello que no se puede improvisar ni comprar: ilusión. Qué hago aquí, por qué, adónde voy, qué he hecho yo para merecer esto...etcétera. 

La redención de Tina Balser va a surgir como una intuición el día que está comprando cachivaches para el colegio de las niñas. La redención son cuatro libretas que encuentra en el montón de los utensilios escolares. Cuatro libretas que rellenar, a modo de diario o, mejor, de "informe". Como ella dice, un informe es algo aséptico, serio y despojado de dramatismo. Es objetivo y no admite lágrimas, por eso, quizá, solo moja las dos primeras páginas del primer cuaderno. La cuestión de esconder la libreta (el cajón de las medias) no es baladí, porque nadie puede estar seguro de que, en tu propia casa, no haya quien fisgonee las escrituras ajenas. Sin embargo, quizá Jonathan, el marido de Tina, ni siquiera se pararía a leer la libreta-informe de su esposa, porque las cosas que ahí se van a contar puede que no le interesen o que no las entienda. 

Hay quien ha situado al libro en la órbita de los escritos feministas de la segunda ola. Hay quien lo encuadra en esas narraciones "domésticas", propias de las mujeres, con el tono reivindicativo y amargo que suelen acompañar esas historias de desencanto y desesperanza. Pero yo creo que, en realidad, este es un libro sobre el poder de la escritura. Sobre el poder sanador de las palabras una vez que has conseguido atraparlas. Sobre la ventana que se abre ante ti cuando conviertes tus pensamientos en palabras y tus palabras en luces largas que iluminan lo que haces y por qué lo haces. Tina Balser es como muchas de nosotras. Una mujer desconcertada que, más que respuestas, está buscando las preguntas. Cuando las encuentre, Manhattan tendrá otro aire y ella misma habrá descubierto a una mujer desconocida. 

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