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Mostrando entradas de julio, 2017

"La última palabra" de Hanif Kureishi

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Hanif Kureishi es un escritor interesantísimo. Uno de esos con voz personal, estilo propio y una prosa afilada, certera, pero llena de recovecos, en la que una se puede disolver con facilidad a veces y otras veces con resquemor. Tiene cosas difíciles y otras que inquietan. Pero desde que leí su libro "Intimidad" , me ganó para su causa si es que la tiene o la tuvo.  Nacido en Londres , de origen paquistaní, en 1954, ha escrito novelas y guiones de películas, algunos de ellos tan famosos como "Mi hermosa lavandería" . Esta novela "La última palabra" , se publicó por Anagrama en 2014 y ha llegado ahora a mis manos, de esa forma accidental pero quizá oportuna con la que los libros que leemos se acercan a nosotros.  La historia tiene como protagonista a un escritor de tremendo éxito que tiene setenta y tantos años y una vida azarosa, que el gran público no conoce aunque intuye. Malhumorado, cabizbajo, prepotente, seguramente misógino, narcisista

Casarse por amor

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(Elizabeth Bennet y María Lucas contemplan la llegada a la casa de los señores Collins del faetón en el que viajan la señorita De Bourgh y su institutriz) Jane es la más “hermosa y dulce” de las hermanas Bennet . Por eso mismo a ella le corresponde la obligación de asegurar el sustento de la familia a través de un casamiento ventajoso. La propiedad familiar está vinculada a la rama masculina y, dado que los señores Bennet “solo” han tenido hijas, pasará a manos de un primo lejano, a la sazón clérigo, el señor Collins .  Pero Jane quiere “casarse por amor”. Así lo confiesa a su hermana más querida, Elizabeth , en esas horas de intimidad a la luz de las velas que ellas comparten antes de acostarse. Mientras cepillan sus largos cabellos desgranan esas confidencias que a nadie más contarán. De igual forma que el pelo vuela despojado de la prisión del recogido que habitualmente usan en público, así ellas dan rienda suelta a sus sueños, en los que, aun siendo muchachas pobre

Una casa en Hampshire

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Es una casa de ladrillo visto, de planta rectangular, con dos alturas y buhardilla, tejado a dos aguas, ventanas blancas y una puerta de acceso de tamaño mediano, sin escalones. Sencilla pero elegante según el canon constructivo del estilo Regencia.  Toda la casa está al pie de la carretera, lo que aseguraba la distracción de sus moradoras. Cuatro mujeres solas. Por dentro tiene habitaciones pequeñas, poco acogedoras. El jardín que la rodea, escaso, está muy cuidado y la yedra escala los muros del acceso principal, formando un agradable arco de medio punto. Para los ojos extranjeros es la morada típica de una familia de la gentry, la clase media rural inglesa. Para los iniciados, para los miles de seguidores de su obra, es la casa en la que Jane Austen vivió sus últimos ocho años, los transcurridos entre 1809 y 1817 . La casa en la que logró reencontrarse con la escritura, después de los años de sequía creativa de Bath , y en la que escribió sus últimas novelas. Fue uno de eso

Gente cursi

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Ser cursi no tiene época, ni clase social, ni edad, ni sexo. Es una actitud que procede de la equivocada percepción de quien quiere ser sin poder, de quien olvida las virtudes que adornan al individuo auténtico: la verdad, la espontaneidad. En Orgullo y Prejuicio , el libro que Jane Austen escribió con veinte años y publicó mucho tiempo después, hay espléndidos ejemplos de cursilería.  Para no ser exhaustivos, quedémonos con uno: las hermanas de Bingley . Caroline Bingley y la señora Hurst dan vivas muestras de ser unas auténticas representantes del cursilísimo hábito de mirar a los demás por encima del hombro y de querer parecer más de lo que, en realidad, son.  Porque, vamos a ver, todavía se me escapan los méritos que ambas damas poseen para considerar que la sociedad de Longbourn es poco refinada para ellas. O que el noble ejercicio del comercio y de la abogacía son claramente manchas en su curriculum familiar. O que los Bennet son inferiores por el hecho de tener un

Emma y los libros Austen

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Las opiniones de la gente cercana a Jane Austen sobre su novela de madurez, "Emma" , fueron variopintas. Su hermano Edward, al hacer el ránking de sus preferencias, la colocó detrás de “Orgullo y Prejuicio” y “Sentido y Sensibilidad” y únicamente antes de “Mansfield Park” .  “Persuasión” aún no se había publicado, pues fue obra póstuma. Y tampoco "La abadía de Northanger" . Su hermana Cassandra había establecido ya otro orden de preferencias. Para ella el primer lugar lo ocupaba “Mansfield Park” y le gustó “Emma” más que “Orgullo y Prejuicio” .  A su sobrina Fanny no le gustó nada el libro, lo encontró insoportable, o, más bien, a la protagonista. A la madre de Jane el libro le resultó entretenido, mucho más después de la reciedumbre de “Mansfield Park” . Y también opinaron de él una amiga, la señorita Sharp, de oficio institutriz, que adoraba “Orgullo y Prejuicio” pero que consideró a “Emma” como un buen l

El estilo Austen

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En la biografía que Claire Tomalin ha escrito sobre Jane Austen, editada en castellano por Circe,  hay una frase que me hace pensar:  “Las damas y caballeros de Kent, a quienes Jane se arriesgaba a inquietar con su inteligencia, pertenecían a la familia de Edward y a su círculo social”. Pasemos por alto quién era el tal Edward y fijémonos en la primera parte de la frase:  “se arriesga a inquietar con su inteligencia”.. ... Veo con claridad ese salón en la casa de Kent y veo a las damas y a los caballeros observando a Jane , su sencillo vestido, su peinado discreto, sus manos serenas y bien colocadas sobre el regazo. Y su implacable sentido del humor. Y su enorme ingenio. Y su aptitud para poner nombres a las cosas. Y sus juicios llenos de inteligencia práctica. Y su imaginación para inventar historias. Y su capacidad para observarlos a todos desde lejos. Y entonces entiendo que la naturaleza reparte dones y ni siquiera sabes por qué, en ese

Las madres en las novelas de Jane Austen

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La señora Dashwood de “Sentido y Sensibilidad” es una persona de carácter débil, tranquilo y tan centrado en su hija Marianne que no se da cuenta de que otra de sus hijas, Elinor , está sufriendo intensamente debido a su amor, aparentemente no correspondido, por Edward Ferrars . Elinor se guarda para sí sus sentimientos, ella representa el “sentido” del título, pero su madre no gasta el instinto o la intuición necesaria para adivinar ese sufrimiento. Por contra, todos sus desvelos están en su segunda hija, desairada y engañada por un hombre en el que todas ellas confiaron.  Esta diferencia de trato, estos dos perfiles de mujer, no son, en realidad, exactos, ni representan con exactitud, como a veces se ha dicho, a Cassandra Austen , el sentido y a Jane Austen , la sensibilidad. Pero, si ello fuera así, ya tendríamos claro que la madre estaba más pendiente de la hija mayor, de Cassandra , que de las noveleras ideas de Jane . Así y todo, es la “madre austeniana” más norm

Emma no quiere casarse: Austen y el matrimonio de las mujeres

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(Emma y Frank Churchill pasean por Highbury)  Guapa, joven, rica y sin ansias de pillar un marido . ¿Cómo es esto? A simple vista resulta raro. A vista de pájaro podemos pensar que aquí falla algo.  Será una chica de mal carácter, de esas insoportables, a la que le gusta leer libros sesudos y recluirse en su habitación para pensar en cómo marcha el mundo. Una sabelotodo. O quizá es una artista frustrada, alguien que dedica su vida al arte, a plasmar paisajes en los lienzos o a esculpir, a partir del sencillo barro, los bustos de la gente de su entorno. No sé. Puede que nos encontremos un caso patológico, alguien sin habilidades sociales, a quien no le gusta reír, alguien con mal humor congénito, una de esas personas insoportables y hurañas. Quizá es que la vida social le molesta, no le apetece bailar, la gente le produce urticaria, es una ermitaña que solo está a gusto consigo misma... Si lees “Emma”, de Jane Austen,  verás que nada de esto es cierto. Que nada d