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"La mujer de la libreta roja" Antoine Laurain


Los nombres franceses son tan encantadores… Tienen ese toque elegante del que carecen en otros idiomas. En este libro hay muchos nombres, a pesar de ser un libro sencillo en el que no se necesita mapa para orientarse. Simplemente leer y leer. La lectura discurre con placidez y sabes que has partido de un punto para llegar a otro. Nada de meandros, de escorrentías, de tormentas de verano, de estuarios o cataratas. Es un río tranquilo en el que los personajes no tienen doblez, son lo que son y lo que dicen ser. Aunque, en el caso del protagonista, Laurent Letallier, librero, divorciado de Claire, padre de Chloe y ocasional amante de Dominique, hay un pequeño matiz. Si lo desvelo, la trama saltará por los aires, así que dejémoslo estar.

Laure Valadier sufre un atraco. El ladrón se lleva su bolso y a ella la deja en coma. Laurent Letallier encontrará el bolso y ahí empezará todo. Otras personas tendrán su papel en la historia y, como novedad, un par de felinos Belphégor y Putin, cuyo cometido no es nada irrelevante. Laure es viuda y eso también importa. Laurent regenta una librería con nombre delicado “Le cahier rouge”. No es nada extraño que se establezca una especie de lazo entre una mujer que escribe en una moleskine roja y alguien que pone ese rótulo en su negocio. 

El libro trata de una doble búsqueda. La primera es la de Laurent que, con maña detectivesca, tiene que descubrir y hallar a la dueña del bolso que él ha encontrado milagrosamente. La segunda es la de Laure que, en su momento, hace el recorrido inverso porque no puede dejar pasar la oportunidad de conocer a alguien que actúa, como Laurent, de una manera tan especial. Ese doble camino, al principio paralelo, se va convirtiendo poco a poco en dos líneas perpendiculares que, ya sabemos, se encuentran en un punto. 

Hay algo tierno en la descripción de los pequeños detalles de las casas, las calles y los locales. Hay muchas referencias a libros y escritores, no en vano el trabajo de Laurent es ese. Hay, y eso me ha gustado mucho, un giro hacia el mundo del arte, porque Laure se dedica a restaurar obras de arte y su trabajo es, precisamente, el de dorar con pan de oro retablos, marcos, puertas, muebles. Esa delicadeza que ambos usan en sus respectivas ocupaciones transita también por el libro, que no tiene aristas sino círculos que se abren y se cierran, a modo de las espirales de los cuadernos que a ninguno de los tres nos gusta usar. 

La mujer de la libreta roja. Antoine Laurain. Título original La femme au carnet rouge. Traducción del francés Palmira Feixas. Foto de la cubierta Mirjan van der Meer. 

La edición en francés, 2014, es de Flammarion.

La edición en castellano, 2016, es de Salamandra. 



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