De sobra sé que no estoy dentro del laberinto de tus sueños. Sé de sobra que el hotel de lujo al que acudes en los mejores días no tiene nada de mí, ni huele a mi perfume. Sé que no me recuerdas en las noches y que los sonidos no te traen el eco de mi voz ni mi aliento siquiera. Sé que tus besos jamás van a ser míos. Sé de sobra que una palabra te alejaría de mi hacia un mundo que nunca podrá estar al tiro de una piedra. Sé que esto es un purgatorio que cada vez se enreda y que envenena sin parar las horas. De sobra sé que nada mío es lo tuyo y que tú no eres nada que yo pueda tener las tardes de tormenta. Lo sé todo, lo sabes. Pero no tengo la receta para escaparme del lado de la luna al que miran tus ojos.
Ha salido un nuevo libro de Paul Auster. Algunos lectores parece que han cerrado ya su relación con él y así lo comentaban. Han leído cuatro o cinco de sus libros y luego les ha parecido que todo era repetitivo y poco interesante. Muchos autores tienen ese mismo problema. O son demasiado prolíficos o las ideas se les quedan cortas. Es muy difícil mantener una larga trayectoria a base de obras maestras. En algunos casos se pierde la cabeza completamente a la hora de darse cuenta de que no todo vale. Pero "Baumgartner" tiene un comienzo apasionante. Tan sencillo como lo es la vida cotidiana y tan potente como sucede cuando una persona es consciente de que las cosas que antes hacía ahora le cuestan un enorme trabajo y ha de empezar a depender de otros. La vejez es una mala opción pero no la peor, parece decirnos Auster. Si llegas a viejo, verás cómo las estrellas se oscurecen, pero si no llegas, entonces te perderás tantas cosas que desearás envejecer. La verdadera pérdida d
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