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Narraciones cotidianas

Sobre el libro "Lugares que no quiero compartir con nadie" de Elvira Lindo, publicado por Seix Barral. Biblioteca Breve. Primera edición noviembre 2011"
Me gusta mucho esta escritora. Tiene una gran capacidad narrativa y mucho sentido del humor, incluso con ella misma. También me parece alguien cercano, quizá porque nació en Cádiz, o porque la escuché durante algún tiempo cuando intervenía en la radio, haciendo de Manolito Gafotas. El caso es que, además de su saga Manolito, he leído otros libros suyos, novelas y colecciones de artículos. El que acaba de salir y os comento aquí es un libro muy recomendable. Se lee de forma muy agradable y resulta instructivo y ameno. Como sabéis seguramente, Elvira Lindo lleva algunos años viviendo en Nueva York, debido a que su marido, el también escritor y articulista Antonio Muñoz Molina fue director del Instituto Cervantes durante algunos años y después, en la actualidad, profesor en la Universidad de Columbia. Así que Elvira Lindo reparte su vida entre Nueva York y España.

Como conocedora de la gran urbe americana ha escrito un libro en el que se recogen curiosas escenas de bares, restaurantes, locales de todo tipo, además de personajes diversos e incluso recomendaciones de comida, música y aficiones de la gente en Nueva York. Puede servir de guía de viajes, aunque lo más interesante está en la forma de narrarlo todo, tan fresca, directa y diáfana. Además de reflejar su vida de seis meses al año en la ciudad americana, Elvira Lindo entreabre la puerta a sus propios sentimientos: su amor por su hijo, su existencia plena con su marido, sus amigos, sus conocidos y todas esas personas que están dentro de su devenir diario, incluyendo su psiquiatra. Este es un libro que se lee con gusto y con rapidez. De su contenido me he quedado con la imagen de la autora deambulando por la ciudad, gastando sus zapatos en andar y andar, recorriendo calles y plazas, parques y orillas, calmando su ansiedad crónica y severa (como ella misma la califica) y tratando de asimilar, con la mayor rapidez posible, algo del alma de aquel sitio.

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