Entradas

Mostrando entradas de 2009

Miguel

Imagen
Una vez los Reyes Magos, con la adecuada intervención de mi madre, me trajeron el disco de Serrat sobre Miguel Hernández. Antes de eso, y después, yo había leído toda su obra. La poesía y los libros biográficos, los ensayos sobre su vida y su obra. Creo que conozco casi toda su poesía de memoria. Me quedo con su poesía amorosa, con "Cancionero y romancero de ausencia". El disco de Serrat ayudó muchísimo a que una gran cantidad de personas se acercaran a su obra y eso que no es un disco fácil, todo lo contrario. Miguel Hernández fue un poeta peculiar. Hay quien lo considera un poeta menor, mediatizado por la política y por sus ideas. Pero creo que, quiénes esto opinan, no han leído con detalle su poesía, más allá de lo que en vida defendió y que pertenece a la esfera de sus convicciones que todos debemos respetar. A mí me resulta un personaje entrañable, misterioso, que anda en la trastienda de la poesía, porque nunca estuvo en la misma onda de otros poetas, con v

La poesía de la música

Imagen
Una ROSA es una ROSA Una de mis profesoras de Francés del Bachillerato (se llamaba Lilina, era francesa, alta, guapa y elegantísima) usaba en sus clases las canciones de Salvatore Adamo . Ya sabéis, al menos los aficionados a la música francesa, que es un cantautor italo-belga (aunque cantaba siempre en francés) de enorme éxito, que conserva todavía en esos países, aunque en España no esté de actualidad. Más bien es un clásico, como clásicos son también algunos de sus temas: Mis manos en tu cintura, Inch Allah, Cae la nieve, La noche, etc. Era un estupendo sistema para aprender el idioma utilizando algo que era de nuestro interés. Así que, como vemos, siempre ha habido y los habrá profesores innovadores, profesores que dan un paso adelante con imaginación, fantasía, ilusión. Son los profesores a los que les gusta enseñar y por ello mismo aquellos con quienes mejor se aprenden. Hay, ahora mismo, profesores, que trabajan la Lengua Castellana y las lenguas extranjeras utilizando

Termina un cuento...

RUDOLF THE BAD Rudolf vive en una gran ciudad, una ciudad con grandes rascacielos, con un enorme río, con puentes y con metro. En el metro viaja Rudolf por la ciudad, acompañado de su padre o, a veces, de sus dos primos. Rudolf tiene quince años y no se llama Rudolf, sino Jaime, pero esto no tiene la menor importancia para nuestra historia. Tampoco se apellida The Bad, pero, si alguno de los que leen esto es aficionado al cine, ya entenderá de dónde viene la cosa. Resulta que Jaime o Rudolf vive en una urbanización con casas, chalets y pisos, todo a la vez. Y en esa urbanización pasan cosas muy, pero que muy raras. Por ejemplo, que desaparecen las cosas. Por ejemplo, que aparecen personas a las que nadie conoce (pero esto es una historia demasiado larga para referirla aquí). Por ejemplo, que los niños se preguntan asombrados cómo es posible que todo eso ocurra y que nadie parezca darse cuenta. Rudolf y sus dos primos saben que las cosas desaparecen por lo de las banderas. En

La luz de la infancia

Imagen
Días antes de llegar la Navidad, mi padre iba a la tienda de Celestino y compraba todos los dulces, los turrones, el jamón, todas las deliciosas chucherías que en esos días se iban a comer. Después, adornábamos la casa en una mezcla de tendencias, como diría hoy un estilista de decoración: un árbol de Navidad, un Nacimiento, guirnaldas, bolas de colores, piñas, angelitos en los cristales, espumillón, botas de San Nicolás, bandejas de polvorones, pequeños detalles repartidos por toda la casa...El verde y el rojo eran los colores de esos días y todo el mundo andaba sigiloso, teniendo mucho cuidado de no abrir determinados armarios o alacenas, porque allí, oh milagro, podía aparecer, en cualquier momento, un presente de los Reyes Magos. Siento deciros que Papá Noel se incorporó más tarde, pero, desde luego, cuando lo hizo, también contribuyó lo suyo a ese laberinto de paquetes y lazos que iban y venían de un lado a otro como si fuera un vodevil. La Navidad reunía en la casa a todos

Niños que escriben

Imagen
Esta mañana he estado en un acto muy agradable. Se han entregado los premios literarios de la Feria del Libro del Aljarafe, que se ha celebrado en Tomares durante varios días. Por primera vez en esta Feria ha habido premios para niños y jóvenes, tanto para narrativa como para poesía. Los ganadores han leído sus poemas y relatos, dando al acto un aire entrañable. Viendo y oyendo a esos niños he reflexionado sobre algo en lo que pienso a menudo: el imprescindible, importantísimo e ineludible papel que la lectura tiene en la formación de las personas. Si fuéramos capaces de fomentar la lectura y de conseguir que el número de lectores fuera verdaderamente alto, entonces el sistema educativo, la educación, tendría grandes posibilidades de mejorar. Ese es nuestro punto débil o, al menos, uno de ellos. Habría mucho que decir al respecto pero en este blog me quedo con la sensación de que esos niños que tenía delante, niños que leyeron sus textos ante un auditorio, quizá por primera vez,

Némirovsky, rescatada

Imagen
Hace un par de años descubrí a Irène Némirovsky. La editorial Salamandra publicó un librito muy fino con pocas páginas, que se llamaba "El baile": una adolescente de doce años en constante lucha con su atroz mamá. Después de eso, como ocurre tantas otras veces, me dediqué a buscar la obra de esta autora y a conocer cosas de ella. Para los lectores de este blog que no la conozcan diremos que nació en Kiev en 1903 y murió en 1942 en el campo de concentración de Auschwitz. Su familia se estableció en París, en el año 1919, huyendo de la revolución bolchevique y allí estudió en la Sorbona. Poseía una educación exquisita y se licenció en Letras. En 1929 comenzó su carrera literaria con la publicación de la novela "David Golder" en la editorial francesa Grasset. Su enorme fama y prestigio no impidió que fuera deportada al campo de exterminio donde murió. Allí murió también su marido y sus hijas huérfanas fueron las que conservaron, en una vieja maleta, los

Todo Marlowe

Imagen
Si eres amante de la novela negra y has soñado en el cine viendo a Bogart, no te pierdas este libro recopilatorio de todos los títulos que escribió Raymond Chandler teniendo como protagonista a Philip Marlowe. El sueño eterno, Adiós muñeca, La ventana alta, La dama del lago, La hermana pequeña, El largo adiós, El confidente, El lápiz y Playback aparecen en una edición de RBA con el título general "Todo Marlowe" para deleite de todos aquellos que son incondicionales del género y del autor, o, por qué no, del personaje. El Hollywood y Los Ángeles de los años treinta son el telón de fondo de estas obras, con su legión de millonarios, diletantes, chicas rubias, chicas morenas, descapotables, berlinas, hombres de negocios, bandidos, mafiosos y gente de cabaret. Es verdad que la imagen de la sociedad que ofrecen es turbia y poco afectuosa. Pero también lo es que el género negro, tanto en el cine como en la novela, proporciona un pasmoso entretenimiento. El que s

Pasito a pasito...

Imagen
(Sin título. Ignacio Tovar) Conozco a un muchacho que comenzó leyendo (sin saber leer) los libros de pastas duras que incluían enormes dibujos con los nombres de las cosas: sillas, mesas, zapatos, casas... Después, vinieron los libros de cuentos. Luego, los de Teo. Más tarde, los Mortadelos (todos los Mortadelos, risas, ironía a partes iguales). A continuación, Astérix y Tintín. A partir de ahí, casi todo. Como esa canción que cantaban mis preescolares del colegio de la Compañía de María: "Pasito a pasito pasazo a pasazo como un enanito como un gigantazo..." Así, paso a paso, se hace uno lector. No de un día para otro (aunque quizá un día se produzca el milagro del encuentro). Es tarea lenta, prodigiosa, diaria. Tiene mucho que ver con observar a los papás leyendo y también con que en el aula haya libros. Libros encima de las mesas y en las estanterías. El profesor levantando un libro y leyendo algunos renglones. Si no olvidáramos nunca lo que signifi

Un misterio cotidiano

Muchas veces nos preguntamos cómo podemos lograr que los niños se conviertan en lectores. Supongo que, al final, todo consiste en que haya un momento en su vida en el que encuentren un libro, unos libros, que les atrapen para siempre. Existen algunas personas que menosprecian ciertas lecturas: consideran que son demasiado simples, inferiores, carentes de enjundia literaria y sospechan que, a través de ellas, lo más que se puede llegar a leer son unos cuántos best-sellers. Mi experiencia contradice estas afirmaciones. Cuando tenía doce años, más o menos, mi vecina Pepita puso en la puerta de su casa, enfrente de la mía, una caja de libros. Estaba haciendo limpieza en un desván y los libros le estorbaban. Como sabía que a mí me gustaba leer (y que leía todo el rato en lugar de ayudar en la casa, hacer labores, etc.) me avisó y, enmedio de la calle, me recuerdo sentada rebuscando entre los libros. Creo que me los quedé casi todos y así comencé mi propia biblioteca, algo que todo

Francisco Ayala no cumplirá 104 años

Imagen
Hablábamos esta mañana de los achaques y de la edad. A la vuelta del Instituto me he encontrado con la noticia de la muerte de Francisco Ayala, uno de los escasos intelectuales que aún quedaban en España. Ayala nos daba alegría, porque era un hombre muy vital que hacía fácil la vejez. Se casó con Carolyn Richmond nada menos que a los 93 años y estaba dispuesto a llegar a los 104 si no hubiera sido por una inoportuna y pertinaz bronquitis. Hacía bueno el dicho de que el hombre que conserva el gusto por la vida logra detener el final. Aquí os añado el eco de su muerte en distintos periódicos digitales: El Mundo, El País, ABC, La Vanguardia. También su biografía, sacada de ESCRITORES.ORG y, por último, un blog en el que se recoge su desaparición. Merece la pena detenerse en su obra y pensar en la extraordinaria capacidad que le dio vida plena hasta tan tarde. http://www.abc.es/20091103/cultura-literatura/muere-francisco-ayala-200911031356.html http://www.papelenblanco.com/escrit

"Cuentos por teléfono" de Gianni Rodari

Imagen
Hace unos años no existían los móviles. Así que, cuando  Gianni Rodari escribió su libro "Cuentos por teléfono", el aparato era de esos grandes que se colocaban en el salón o, cuando había más de uno, en el dormitorio. La niña del libro podía hablar con su padre, que estaba fuera, y oir alguno de esos maravillosos, extraños e indescifrables cuentos que Rodari inventó. El calor de su padre ausente estaba reflejado en las palabras que componen los cuentos. Así, no lo sentía lejos, pensaba que estaba al alcance de la mano y que todo era posible, toda la felicidad y toda la ternura. Cuando la niña fuera mayor recordaría con satisfacción y con ternura esas charlas en las que padre conjuraba la distancia a base de cuentos. La idea de contar, de relatar, de inventar historias para alguien, no es nueva, pero Rodari la aplica a la relación entre padre e hija y a un sistema curioso y moderno para su época, como el teléfono. Las historias que se relatan tienen gracia, chispa, inge

Oh, los clásicos...

25 Lecturas Recomendadas Juveniles Una mirada a los Clásicos de la Literatura Juvenil hecha por Literaturas.com 1.- Las Mil y una Noches 2.- Robin Hood. Anónimo 3.- Robinson Crusoe (1719). Daniel Defoe 4.- Viajes de Gulliver (1726). Jonathan Swift 5.- Ivanhoe (1819). Walter Scott 6.- El último de los mohicanos (1826). J. Fenimore Cooper 7.- Oliver Twist (1837). Charles Dickens 8.- Los tres mosqueteros (1844). Alejando Dumas 9.- Moby Dick (1851). Herman Melville 10.- La cabaña del Tío Tom (1852). Harriet Stowe 11.- Viaje al centro de la tierra (1864). Julio Verne 12.- Mujercitas (1868). Louisa May Alcott 13.- Las aventuras de Tom Sawyer (1876). Mark Twain 14.- La isla del tesoro (1883). Robert Louis Stevenson 15.- Sandokan (1883). Emilio Salgari 16.- Las minas del Rey Salomón (1885). Henry Rider Haggard 17.- Corazón (1886). Edmundo de Amicis 18.- El príncipe feliz (1888). Oscar Wilde 19.- El libro de las tierras vírgenes (1894). Rudyard Kipling 20.- Colmillo B

Recomendaciones para el otoño que empieza

Imagen
Aunque el tiempo de la lectura es el verano, con sus tardes largas y con sus horas perdidas (las horas lentas, como decía mi amiga Isabel Álvarez) , también el otoño es un buen momento para leer. Y además, así sentiremos que parte de esa ilusión de las vacaciones sigue perviviendo. A mí me gustaría encontrar tiempo y posibilidades para ver, a través de mi terraza de Triana, algo del reflejo del mar de Valdelagrana, ése frente al que he encontrado el recuerdo de lo que soy y de lo que fui. Os recomiendo que busquéis por ahí el libro "La ternura de los lobos" de Stef Penney. Lo ha editado Salamandra y puedo decir que es un libro que nunca pensé haber leído. Es más, que nunca pensé que me gustaría leer. Y, a pesar de esas prevenciones, lo he leído de un tirón y he disfrutado de su lectura inmensamente. Este es el libro con el que inicié el tiempo del verano (oh, no, acabo de recordar que fue otro, del que también os hablaré). Resulta que en ese momento crucial en el